✖ Love me right. ✖ Jackson; GOT7☺

Leave me alone.

—Pero por lo menos yo tengo alguien que me quiera.

Me levante hecha una furia y me fui de ahí. ¿A donde iba? Ni yo tenia idea, pero necesitaba respirar. ¿Como era posible que un hombre, que había conocido hoy, pudiera llegar a ser tan idiota? 

Por suerte, encontré un parque cerca de donde estaba. Fui a una tienda de dulce que vi a lo lejos, compre chocolate y una bolsa de papas. No me culpen por mi rara mezcla pero me gustaba y la verdad, el otro idiota no me dejo ni saborear la pizza.

Cuando estaba a punto de meter la primera papa a la boca, apareció.

—Llevo buscándote como 10 minutos— 

—¡Oh, vamos! Déjame comer tranquila.—

—Tranquila, yo tampoco quería venir a buscarte pero me obligaron, así que camina. Quiero comer pizza.

—No voy a ningún lado. Puedes irte y decirle a Ariana que estoy bien y que la espero en casa.

Vi que acepto la propuesta de irse porque empezó a caminar dándome la espalda, pero no duro mucho porque después de 3 pasos freno en seco y volteo a verme

—Escucha, perdón por como te he tratado. No es mi culpa, es que me pongo nervioso delante tuyo.— Se acerco a mi y iba a seguir hablando pero choco con un hombre que llevaba un café que por desgracia de derramo entero. ¿Saben donde? Si, en mi sudadera blanca de Adidas.

¿Jackson? Solo se quedo con cara de 'la cague' ¿y yo? le dije mil veces al hombre que no pasaba nada, pero no quería volver a verle la cara a Jackson así que mientras el seguía en su shock de pendejo cogí un taxi y me fui al departamento.

Cuando llegue, lo primero que hice fui a intentar limpiar la sudadera. Así que me la quite y no tenia nada debajo a parte de mi sujetador, pero como estaba sola, daba igual.

Intente echarle mil y un productos para quitar esa mancha de café pero era imposible. 

Estaba intentando quitarla cuando sentí que abrieron la puerta del departamento, supuse que era Ariana así que fui a saludarla pero mi sorpresa fue otra.

Estaba semi desnuda delante de los 7 chicos y fue justo en ese momento en el que maldije a mi suerte. 

Lo único que pude hacer para conservar mi dignidad fue correr como estúpida a mi habitación y cuando conseguí cerrar la puerta, lo único que salió de mi boca fue un gran y gigante: PUTA MADRE.