1; Ella... él

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-No preguntes porque te dejare solo...- dijo.

Incline la cabeza de lado preguntándome a que se refería.

¿A donde vas?

-Tengo que ir a la escuela...- respondió mirándome atentamente.-No quiero que salgas o hagas algún desorden, se Un chico bueno.- pidió sin gesto alguno colocando su mano sobre mi cabeza antes de irse.

¿Escuela? ¿Que será eso?

Mi vista fue al reloj de la pequeña habitación. Había una pequeña cocina cerca estaba la cama, el comedor, una puerta hacia el baño y un pequeño balcon.
Solo hay dos habitaciones en este lugar (contando el baño). Todo en sólo un salón.
La lluvia todavía seguía, y hasta ese entonces no sabia cual era mi nombre, ni siquiera había tenido uno antes. Por ende di por hecho a llamarme yo mismo Lluvia. Ya que era tranquilizante.
Al acercarme a la ventana vi como ella se alejaba, perdiéndose entre la lluvia y sus capas de humedad.
Volví a mirar el reloj y me pregunté nuevamente que era eso de escuela.
El día paso muy lento...
Dormí... fue relajante.
Pero es muy pesado y aburrido.

Me pregunto a que hora llegará.

Y a lo lejos vi una sombra, y la vi. Venía corriendo, pues la tormenta empeoró. Con su llegada me sentí aliviado y pensé que me había abandonado por un momento en este sólo y triste lugar.
Cuando llegó se quitó los zapatos y el sueter, para luego abrir el refrigerador y sacar unas cosas. Seguido encendió la mediana pantalla en la pequeña sala para ponerse a picar algo.

¡¿Que estará haciendo, que esta haciendo?! Me muero de intriga.

Al llegar la noche reposaba sobre la alfombra, descansando los ojos. La pantalla se apago y levante mi cabeza para ver como ella se arropaba y me daba la espalda.
Me acerqué a ella y le maulle.

¿Puedo dormir contigo? ¡Déjame subirme!

-Callateee.- susurró.

Por favor.

Se giro y me miró atentamente antes de aceptar. Me arrecoste en sus pies y descanse allí.
Pero pensando que la noche sería tranquila la luna llena me desperto. Su luz era auténtica y entraba por la ventana iluminando toda la habitación.
De pronto sus sollozos inundaron el frío y solo ambiente. Me acerqué a ella para preguntarle qué le pasaba, pero solo escondió su rostro entre sus pálidas y finas manos.
La acaricie tratando de que me tomara de apoyo, pero solo me dejo ver sus ojos llenos de lágrimas y su mirada que transmitía soledad y tristeza.
Pero al día siguiente se fue tranquila nuevamente, dejándome una sardina afuera. El día volvió a ser pesado y lento, no hacía más que mirar el cielo, llegue a ver nubes con figuras.

Su llegada me volvió a emocionar de alguna manera, pero hizo lo mismo que el día anterior. Me pregunté si no haría algo distinto, pero lo único que cambio fue que se quedó hasta tarde estudiando.
No me presto la absoluta atención.
Al acostarse me dejo subirme a sus pies, y descanse. Esta vez la noche fue silenciosa y fría.

El sábado llegó y nuevamente salió, esta vez le insistí a que me llevara y  no me dejara solo. Así como me guardo en su bolso y salimos.

¡Que divetido!

El sol era fuerte y brillante, la brisa era fresca y un agradable paseo se daba al cruzar el parque público donde los niños y personas pasaban un agradable rato.
Llegamos al centro y entramos a una repostería, donde pasamos a una habitación. Allí habían otras como ella con raras ropas y al verme pegaron alaridos y chillidos.

-¡Que tierno, Mirian!

-¡¿Donde lo compraste?!

-Solo lo conseguí.- respondió ella quitándose su ropa.

-¡¡Que tierno!!

-¡Si que si, mirale la carita!

Estaba recibiendo su atencion, pero no la de ella. "Mirarla fijamente no cambiará nada" o eso pensé.

-No hagas algún desastre o desorden.- dijo sin gesto antes de irse tras sus compañeras.

Sentado espere un buen rato a que volviera, sin embargo el tiempo paso y ya estar sin hacer nada no era una opción. Me pregunté a donde había ido o si me había abandonado.

Salí de esa habitación. Encontrándome en una cocina, con dificultad salí de allí y me encontré en un salón donde habían mesas redondas y sillas, personas atendiendo a otras y una decoración tanto americana y francesa.
Al ver la sonreí. Pero un hombre le gritaba, de alguna forma ella solo lo miraba sin gesto alguno.

¿Que esta sucediendo?

De pronto aquel estampó fuertemente su mano en la mejilla de ella, e automáticamente corrí y mordí tu tobillo con todas mis fuerzas mientras ella trataba de levantarse del suelo con ayuda de otras personas. Pronto el hombre se percató de mi y agitó con desesperación su pierna antes de lanzarme lejos y luego ser detenido por otros como él.

¡Monstruo!

El día término, y volvimos a casa. Le pregunté si estaba bien pero es inmutó a mirarme, solo miraba las páginas de un viejo periódico. Le dije que tenia hambre y me dio leche, pero al caer la noche se volvió a escuchar su llanto.

¿Porque lloras?

-No tenias que hacer eso...- dijo secándose las lágrimas y mirandome.- te hubieras podido hacer daño.

Pronto vi que solo era... tímida. Que tenia un gran corazón, y que si se preocupaba por mi.
Me envolvió en sus brazos y lloro en mi pelaje, me sentí a gusto y estuve allí con ella toda la noche.

Puede que no sea muy grande, pero saltaré mil muros si es por ti.

Kure&TimidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora