-No quiero desorden... ¿Ok?- dije frente a su pequeño rostro.
Tome el bolso antes de salir por la puerta y encaminarme bajo el frío clima de invierno.
Ya hace unos meses desde que recogí a ese gato. Ya las puertas de la estación de invierno se abrieron, y dentro de poco vienen las vacaciones navideñas.
La preparatoria no era muy grande, se podría decir que era en el mismo lugar de la secundaria.
Al entrar me tope en los corredores con unos que otros amigos y solo les salude. No suelo socializar mucho, por lo cual prefiero pasar de largo la primera hora de clases e ir a la biblioteca.
En la biblioteca hay diversidades de libros, sobre todo aquel hermoso libro que tiene moralejas tan conmemorativas, como;
"La amistad es un símbolo de fidelidad y más potente que el amor entre hombre y mujer"
"El verdadero rostro de la persona no es el que se muestra, es que el que esconde"
"Si se contará las estrellas la noche sería eterna."
Aunque la mayoría de estas pasan a ser mas poemas, piezas que los autores narran debido a sus sentimientos.
Mi poema seria;
"Las personas son tan simples e iguales como dos gotas de agua entre la lluvia."Cada mañana veo a la misma señora sonreirme mientras desayuna algo de fruta. En las mañanas es plena soledad y silencio tan armonioso como la soledad, sin embargo todo cambio hace dos semanas atrás, cuando frente a una estantería se encontraba un chico de cabello largo, lentes cuadrados y castaño. Su silueta era lo de menos, pero en el suelo junto a sus pies se hallaba un libro.
Dure un tiempo preguntándome si lo iba a cojer o no, sin embargo su mano llegó a el, y al notar mi presencia sus ojos violentos me asustaron.¿Quien es este chico?
Fue lo primero que me pregunté, pero preferí bajar la mirada y seguir mi camino a rápida velocidad en silencio, avergonzada de que tal vez me halla visto sonrojarme.
Los siguientes días volví a pasar por los pasillos temerosa de su presencia, pero estaba ausente.
Parecía como si fuera sido obra de mi imaginación, por lo cual trate de olvidarme de tan incómodo momento. Pasando por ese pasillo una vez más le vi asomado en la ventana, admirando el atardecer.
Por alguna razón una gran felicidad lleno mi corazón pero... muy pronto su mirada entristecida hizo que me diera cuenta que mi presencia le incomodaba tanto como sus preocupaciones.Kure.
Aquella noche una tormenta azotó desde el oeste. Todo estaba en silencio, solo la voz del televisor se escuchaba en la pequeña sala, su luz era mas llamativa para mi que cualquier cosa, el olor a comida ya empezaba a dar frutos en mis tripas, y gire a ver que tal iba ella en la cocina, pero estaba pérdida en sus pensamientos.
Ella admiraba la lluvia desde la pequeña ventana de la cocina como si fuera únicamente original, y preguntándose cosas. Su belleza era sobrenatural, se veía lo delicada que era y su mirada tan perdida y brillante por algo.Pero muy pronto reconocí de que era por alguien.
Y ese no era yo.
Mirian.
-¿Necesitas algo?- preguntó forzando una sonrisa amable.
Que incómodo...
-¡N...no, nada! Disculpa.- respondí inmediatamente tratando de seguir mi camino.
Pero me detuve en seco.
-¿Estas bien?- le pregunté regresandome.
-Si, todo bien.- dijo.
-Mmm...
Antes de que pudiera irme su voz me llamó.
-¿Cómo te llamas?- preguntó.
-Mirian- respondí timida.
-Gracias por preocuparte... Mirian.- dijo con una cálida sonrisa.
-¡No...no es... como si yo estuviera... viendote... y...!- tartamudee nerviosa.
-Jaja, no te preocupes.- dijo sonando su sonrisa hermosa.
Al notarlo saque mi toallin fino y blanco y me acerqué a él.
-Toma...- dije ofreciéndole el delicado trapito.
-¿ah?- dijo confundido mirandome.
-No llores mas... mira que dicen que uno se ve feo llorando.- dije tomando su mano y colocando en la palma de esta el trapito dejando un largo silencio.
Kure.
Me acerqué a sus piernas para rosarme. Aun así no estaba poniéndome atencion.
¡¿Que te pasa?!
-Tranquilo... ya la cena estará lista.- dijo terminando de cocinar.
Mirian.
-¿Te gustan los atardeceres?- preguntó Jain.
-No.- respondí mirando el sol ocultarse.
-¿Puedo preguntar porque?
-Siento que cada vez que se esconde... mis debilidades salen... siento que todo acaba.- dije.
-¿Y no quieres que acabe?- preguntó.
-No quiero que este día se olvide.- dije tratando de llegar al punto, pero luego reaccione y me sonroje mirandolo.- ¡No...no me refiera a este exactamente... solo... yo...!-tartamudee haciendo reir.
-Toma este momento Cómo el comienzo... de un final.
Mi pecho dolió e inmediatamente lo mire sorprendida. Su perfil y su mirada eran hermosas, su admiración hacia el cielo era prestigiosa, su aura era segura y fuerte, y aunque su corazón se sentía lastimado aún asi... yo...
Era la primera vez que me sentía así.
Desde ese entonces... mi moraleja, o poema fue...;
El final de un comienzo.
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Kure&Timida
Short StoryTímida se encontró a Kure; un pequeño gato negro abandonado. Por las calles bajo una fuerte lluvia. Tras la soledad y dolor que habita en el corazón de Tímida, Kure tiene pensamientos hacia su dueña y relata la trabajosa vida de ser un gato fiel. Pe...