Prólogo.

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ㅡSheesh, las personas hacen cualquier locura por dinero ㅡrefunfuñó Jeon JungKook mientras se quedaba mirando hacia arriba a la artística señal roja y dorada de la Guarida del León.

La parte superior de la señal con forma de regio león se extendía fuera y se movía, tentándolo a entrar en la exclusiva discoteca. Cuadrando sus tensos hombros, el estiró su camisa negra. Pertenecer a un club nunca había sido su objetivo.

El centro de Seúl estaba misteriosamente tranquilo a la una en punto de la mañana. Él se encontraba con que extrañaba los sonidos de la hora punta del tráfico y el de las personas que pasaban de largo. El aire nocturno inoportunamente caliente soplaba contra su espalda mientras envolvía su mano alrededor del asa en la parte superior del frío león. La música golpeada detrás de la puerta de madera, implorando ser liberada. Cuando tiró de la pesada puerta abriéndola, la succión hizo que su pelo corto volara. Y así era cómo se sentía... como si andará a ciegas.

ㅡ¿Su invitación, joven? ㅡUn corpulento gorila estaba de pie en su camino. Él fruncía el entrecejo y tendía su rolliza mano.

Bien, diablos, y yo que pensaba que alcanzar los veintiuno me daba ventaja. Eso en cuanto al plan «A» de simplemente entrar bailando a uno de los principales club «sólo con invitación» de Seúl. Mierda. Piensa en algo. Te juegas siete de los grandes con esto. El buscó en todos los bolsillos de la chaqueta que llevaba y los bolsillos del pantalón de cuero.

ㅡSé que la tengo aquí en alguna parte... ㅡAlguien sujetó su brazo en un firme agarre y dijo con voz profundaㅡ. Él está a conmigo, Hyuk.

JungKook movió bruscamente su cabeza para mirar al hombre que estaba parado a su lado. Vestido con un caro traje italiano, el desconocido era un poco más alto que su propia altura de 1'78. Examinando rápidamente más allá de su cuadrada mandíbula, el notó que su cabeza completamente blanca sólo acentuaba su constitución completamente. Él se encontró con su seria mirada fija de color avellana y especuló que estaba a finales de los treinta. Cuando Hyuk se apartó para dejarles pasar, él sonrió en agradecimiento al desconocido.

El hombre escoltó a JungKook dentro de la lujosa discoteca, su altura más elevada siguiéndolo como una sombra a través de la multitud de gente. La pista de baile mostraba el destelló de un calidoscopio de colores por el golpe de la música, mientras los clientes bailaban una animada canción. Los caros perfumes y las colonias se sumaban a la excitada atmósfera. JungKook estaba sorprendido de que aun a esta hora tardía el club estuviera abarrotado como si la tarde apenas hubiera comenzado. Sus ojos se ajustaron a la oscura, lóbrega atmósfera mientras el desconocido le conducía más allá de la pista de baile.

ㅡToma algo conmigo.

El profundo registro de su voz se mezcló con el ritmo de la música, tentándolo y seduciéndolo, haciéndolo necesitar estar de acuerdo. El asintió con la cabeza y le permitió dirigirlo a una cabina rinconera en la parte trasera del club.

Mientras se sentaban en los lujosos cojines rojos de terciopelo, su mirada escrutó a los clientes.

Desde universitarios a personas que pasaban de los cuarenta, todos parecían estar pasándoselo muy bien y... perfectamente normales. ¿Cómo uno se ocupaba de descubrir si los vampiros realmente existían? ¿Llevando a todas partes un espejo y tal vez una estaca de madera, también? El pensamiento le hizo sonreír tanto como esta inútil búsqueda que él estaba realizando. Vampiros... qué tontería. Si fuese Halloween él tendría un tiempo mucho más fácil conseguir algún tipo de la prueba para su cliente.

ㅡ ¿Qué te divierte tanto? ㅡSu escolta preguntó, con una expresión intrigada en su cara.

JungKook movió bruscamente su cabeza hacía él. Había estado tan silencioso que casi se había olvidado de él, mientras el observaba a la clientela.

Blood Taste ➵Vkook /pausada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora