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En todo el día no he podido dejar de pensar en los cólicos menstruales, simplemente no puedo. Como es posible que ayer, exactamente a las 10 Am estaba muriendo de cólicos menstruales, y hoy, me sienta también como para salir a trotar. Sí, eso significa que mi periodo este mes había llegado algo bipolar.

Simple, aun no me explico que ayer sentía que me habían desprendido el útero con una cucharilla a sangre fría, me sentía mal, como si me extirparan el aparato reproductor completo, estando despierta. Tuve que quedarme en cama todo el día, preocupando a Maya y a mi padre sobre aquella extraña visita. Puede que mi periodo sea algo indeciso sobre la fecha, pero nunca sobre cómo se sentiría su llegada. Es claro que en el momento que  mi padre le decía a su esposa si debían llamar a una a ambulancia, en ese momento sabía que algo andaba mal.

Justo a tiempo desperté de mis pensamientos, para darme cuenta que casi me salgo del carril en la autopista.

-¡Para! Nos vas a matar idiota- me insulto Joseth, mi hermana.

-Nunca nos mataría, y de ser así, moriste porque quisiste, nadie te invito- la mire por el retrovisor amenazante, para residir una mueca de su parte.

No entendía por qué tenía que acompañarnos, tanto Edward y yo no negamos, pero según Maya, la odiosa menor tenía que acompañarnos por si se nos ocurría hacer algo indebido. Y por indebido, me refiero a salirnos de nuestro trayecto en ir a buscar a Alexia, mi amiga de infancia.

-Sabes por qué vine. Además, Maya me dijo que te tuviera bajo vigilancia por si volvían los "mons-colicos"- se ríe y  Ed aprovecha de  hacer lo mismo.

-Puede que no sea la dueña del auto, pero soy la que conduce, y no me molestaría dejarlos a mitad de carretera- explique amenazante -y por qué les llamas "mons-colicos" suena extraño...

-¿Acaso no viste la cara que tenía ayer?- Joseth se adelanta para hablar de cerca al copiloto Ed.

-Por supuesto que sí, estaba muriendo- se voltea se ríen los dos. Hasta ver mi rostro -Claro que era feo, ver como sufrías

Mire fugazmente a Ed, y seguí conduciendo, casi llegábamos a casa de Alexia

Y por  supuesto, yo seguía pensando en el ajetreado y bipolar comportamiento de mi útero

-Pero, es enserió, ¿Que te paso ayer? En mi años de concerté, jamás te había visto de tal manera.- su mirada se veía preocupada en mi, algo extraño en el.

-Aun me lo pregunto. Los cólicos nunca los había tenido así, tan fuertes.- de recordar los dolores se me erizaba la piel -es un dolor inexplicable, era horrible...

-Pero aseguras que nunca habían sido tan fuerte...

Había llegado a la residencia, estacione fuera del conjunto y puse el freno de mano. Suspire y me recosté del espaldar del asiento.

-Jamás Ed- lo mire -fue algo tan horrible. Sentía algo desgarrándose, sentía como si me retorcieran, sentía...- al ser un dolor indescriptible, no podía encintar una palabra que fuera suficientemente adecuada.

-¿Contracciones?- pregunto Joseth

Me paralice al escucharla decir esa palabra. Era algo como contracciones.

Mire hacia el retrovisor para captar la mirada de mi rubia hermana menor sentada en los asientos de pasajero, de piernas cruzadas, esperando una respuesta de mi parte.

Nuestra conexión duro unos segundos cuando quite la mirada de ella y la dirigí hacia el frente. Mire a Ed y me di cuenta que el esperaba una respuesta al igual que mi hermana. Me propuse olvidar el tema y  en ese preciso momento.

-Llama a Alexia-  fue lo primero que se me ocurrió – dile que estamos abajo y que se apure.

-Bien... - lo olvido con facilidad.

Me dispuse a ver el panorama de el lugar, este lugar era familiar para mi, desde que cumplí mis 13 años vengo a este lugar para hacer "tareas" con  mis amigas y Alexia, por supuesto, la dueña de la casa, aunque ni tanto, ella  vivía con sus padres. Al igual que yo.

Mi celular comenzó a sonar y Joseth me lo paso, puesto que mi bolso estaba en el puesto de pasajeros.

Cuando me lo paso vi en la pantalla el nombre de "Viejo", sabía que era mi papa, aunque no estuviera viejo, yo le decía así, para molestarlo. Desliz mi pulgar por la pantalla y lleve el teléfono a mi oído derecho.

-Habla tu hija – salude.

-Muy lindo que lo veas así cariño- me di cuenta de que, la persona que llama no era papa, era Maya, su esposa.

-Falta poco para eso ¿no?- me reí de ella, siempre la considere mi segunda madre. - dime, ¿pasa algo?

-No, tranquila cielo- puede que ella dijera eso, escuche al fondo a mi padre diciendo una que otra cosa divertida por negativa –bueno, si pasa. Tu viejo padre quiere saber cómo esta su auto.

-Dile que ya lo estrelle, dos veces, y mate una vaca con el- me burle de él.

-Seguro que si- se ríe conmigo, y me doy cuenta de que Alexia está llegando al auto con su bolso lleno de ropa – cariño, en el súper hay mucha cola, tal vez lleguemos algo tarde.

Alexia  se monta en los asientos pasajeros y saluda a Joseth y Ed, y a mí me da un beso sonoro en el cachete.

><Kimberly><

A Ti No Te NecesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora