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30 MINUTOS MAS TARDE...

     Estacione el auto con lentitud y calma. Mis ojos andaban como platos, no podía creer lo que había ocurrido hace poco. Apague el auto, y deje caer mis manos en mi regazo. Suspire, y mire por el retrovisor, divise a Joseth junto a Alexia. Las dos andaban iguales a mí, algo ¿exaltadas?, es posible. Al igual que Ed, ninguno dijo una palabra en todo el viaje de regreso, claro, después del incidente, el ambiente se había puesto algo, pesado.

-Nadie mencionara nada- aclaré.

-Bien- rodo los ojos Joseth.

No me moleste en que ningún de los otros dos respondiera, sabía que entenderían. Claro, si decían algo, podríamos decir que no tendríamos ningún permiso para ir  a la fiesta de esta noche. Si tuvimos problemas para sacar el auto y buscar a Alexia esta mañana, todo por mis cólicos ayer, el que le digamos que vomite en el camino, eso de seguro sería un, vamos al hospital.

Así que no, no diremos nada.

Quite el seguro del auto y todos nos apresuramos a bajar del mismo. Deje la puerta abierta y agarre mi bolso, saque las llaves de este y se las arroje a Joseth quien estaba al otro lado del auto, las atajo y se encamino a la puerta principal. Yo cerré el auto y tome mi teléfono del bolsillo, lo cheque viendo tenía dos mensajes. Mientras Ed ayudaba a Alexia a bajar sus cosas de auto, me recosté de este y me dispuse a leer los textos.

Tardaremos más de lo previsto

Maya

10:27 a.m

Comiencen el almuerzo, llevaremos sodas.

Usa la vajilla blanca, deje la caja arriba de la cocina.

Maya

10:57 a.m

Bueno, treinta minutos de diferencia, vi la hora en el teléfono, el segundo mensaje era reciente. Tendría que cocinar. Escuche la maletero del auto cerrar y mire a Ed cerrando. Me levante del auto y camine hasta la puerta principal mientras Ed me seguía. Pise el primer escalón de mi casa hasta que  me detuve al ver algo extraño en la entrada, aun lado de mí. Era una caja. Algo amplio. Pero no era muy grande. Repase en mi cabeza, en qué momento pudimos haber dejado una caja afuera de la casa. Nosotros nos fuimos después de que se fueran mis padres, así que no pudieron haber dejado una caja fuera sin darnos cuenta. Ni Ed ni Jos, la sacaron puesto que yo salí con ellos.

-Ed- lo llamé.

-¿Pasa algo? - se detuvo detrás de mí.

-Tú... ¿sacaste algo de la casa antes de irnos?

-No...- miro hacia donde yo miraba – ¿y eso?

-No lo sé...- me extrañe más aun.

-Es solo una caja, no es gran cosa- me empujo el hombro para seguir caminando.

Pise fuerte, pero un sonido me saco de mi seguir a la puerta. La caja había sonado, algo se movió dentro de la caja, hay algo en la caja.

Ed y yo miramos enseguida la caja.

-Ábrela- me dijo Ed.

-Ábrela tu, no seas cobarde-le dije, ¿qué le pasa?

-¿Te da miedo una caja?- me dijo.

-El hombre aquí eres tu- le aclaré -agáchate y mira que hay dentro.

Ed bufó y se agacho.

-¡Hermana mayor, tengo hambre!- me distrajo Jos, voltee enseguida y la mire desde adentro.

A Ti No Te NecesitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora