Muchas veces aún estando rodeada de gente me siento sola, pero no sola de no conocer a nadie, si no de sentir que aunque conoces bien a la gente que te rodea ellos no te conocen a ti.
Esa sensación es horrible, al igual que la de sentir que debes escuchar todo lo que te digan, pero que tus palabras y acciones son ignoradas, que todo lo que digas o hagas es invisible a no ser que tenga efecto en otra gente.
La soledad es muy dura, no saber si vas a poder contar con alguien en quién apoyarte para llorar, pero que todo el mundo se apoye en ti para llorar.
Detesto parecer un huevo. Por fuera muy dura y resistente, pero si la cáscara se rompe... No hay forma de evitar que la yema se desparrame, como cuando intentas coger agua con las manos, se te escapa entre los dedos.
Lo peor de llevar una máscara no es el hecho de aguantarla y no dejar que resquebraje, lo malo viene cuando se te cansan los brazos de sujetarla y lentamente se cae, mostrando que no eres lo que creían. En ese momento te das cuenta de si estabas sola o no, si al caer la fachada hay alguien que se queda aunque los destrozos le golpeen y te ayuda a reconstruirla, esa persona jamás te abandonará, sin embargo todos aquellos que se limitaban a apuntalar la fachada, o ni siquiera eran conscientes de su existencia, esos, se apartan para que no les roce y ni siquiera se preocupan de preguntar, simplemente, pasan.
