HimuAka-Asfixiofilia

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Este fanfic es irreal y grosero, los personajes celebres son pobres imitaciones y por su contenido nadie lo debe leer.

Los protagonistas de estas historias no me pertenecen, son propiedad de Tadatoshi Fujimaki y yo solo los utilizo para que cumplan los deseos de Himuro Tatsuya en sus cumpleaños.

Por fin, he esperado mucho para leer los trabajos de todas, primero advertir que este no es un fic con contenido lindo, solo es sexo y mas sexo, situaciones que pueden ser enfermas, y mucho OoC.

Advierto esto porque después dicen cosas como "jimuro no ez azy henferma"

Pareja: Himuro x Akashi

Parafilia: Asfixiofilia Las personas con asfixiofilia sienten un gran placer sexual al estrangular, asfixiar o ahogar a su pareja durante la relación sexual.

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Seijuro Akashi apenas tenía tiempo para complacerse en el ámbito sexual, a la edad que tenía ya siendo una persona madura no había salido de los cánones tradicionales con mujercitas de la alta sociedad que esperaban obtener el favor de un hombre poderoso, pero ya le estaba cansando lo recatadas y estiradas que eran estas, necesitaba experimentar cosas nuevas, tal vez con algún chico el sexo sería mejor.

Salió rumbo a la finca de su padre para tratar de despejarse de los quehaceres ajetreados que le imponía su trabajo.

Ahí fue donde lo conoció, era un empleado de su progenitor, el encargado del lugar, un sujeto bastante "de buen ver" y con una singular manera de tratar a las personas, se llamaba Himuro Tatsuya y trabajaba ahí desde hace unos seis años, pero nunca le había tomado demasiada atención, Seijuro creyó había estado ciego o idiota por no percatarse de ese sujeto. Jamás había experimentado con varón alguno y pues fue su propia entrepierna quien lo escogió como candidato, pero ¿Cómo decirle que quería tener sexo con él?

Pasaron los días, ya estaba más relajado de su diario vivir, el aire del campo le había sentado bastante bien, en su cabeza todavía rondaba la idea del sexo con aquel trabajador, pero intentaba no pensar tanto o se volvería realmente incómodo.

Grande fue su sorpresa cuando fue el mismo sujeto del coqueto lunar quien comenzó a insinuarse, primero mirándolo de manera poco respetable y luego coqueteándole descaradamente.

Conversaron durante toda una tarde, Himuro era realmente agradable y parecía tener mucho conocimiento sobre todo, le pareció de lo más interesante.

Los días que siguieron fueron iguales, por las mañanas lo acompañaba a las caballerizas a atender a los equinos que eran del completo gusto de Seijuro y seguían con todas esas conversaciones y coqueteos.

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Tatsuya era un hombre que se consideraba bastante agraciado y el señorito Akashi había llamado su atención, no quería decirlo, pero ya lo deseaba desde antes, por eso cuando lo vio regresar a pasar unos días decidió que era hora de salir de cacería, el pelirrojo respondía a todas sus insinuaciones.

Un día mientras terminaba de cepillar a uno de los caballos en los establos Akashi se le acercó seductor, soplando por detrás de su oreja, Tatsuya se volteó envolviendo uno de sus brazos alrededor de su cintura, ya no hubo más palabras, en esos días de cortejo se habían dicho ya todo.

El hombre del lunar acarició ese delicioso y respingón trasero que tanto le gustaba mirar de manera furtiva, masajeó por debajo del pantalón sintiendo la suavidad de la blanquecina piel, buscando aquella entrada, cuando logró su cometido pudo escuchar el grito de sorpresa que Seijuro había dado, al parecer nadie antes le había metido nada por ahí.

Akashi pensó que el sujeto iba demasiado rápido, pero estaba ya entregado, dejaría que le hiciera lo que quisiera, total de eso se trataba, de experimentar el sexo con un hombre, y él era todo un novato porque hasta entonces únicamente se había acostado con señoritas que sólo se sabían la pose del "misionero".

Ya cuando estuvo preparado le retiró la parte de abajo de su ropa y lo recostó en el sucio suelo del establo, el pelirrojo se sintió excitado, ese lugar tan maloliente con todos los equinos mirando aquella faena, su erección creció.

Tatsuya era bueno, le dio una mamada como ninguna otra mujer se lo había hecho, pero él deseaba otra cosa.

— ¿Vas a metérmela o no? —Lo retó mirando con esos ojos color fuego que demostraban la más intensa lujuria, Himuro lo dio vuelta dejándolo apoyado en sus rodillas en una posición expuesta para disfrute del mayor, quien volvió a meter uno de sus dedos preparándolo para lo que seguía, Akashi gemía por la incomodidad.

Tatsuya se frotó varias veces en el logrando que la impaciencia del pelirrojo lo llevara casi a estrés, cuando por fin el intruso entró en su cavidad, pensó que moriría de dolor. ¿Era eso lo que estaba buscando? le excitaba la situación, Tatsuya golpeaba sin consideración en su interior, creyó que moriría de dolor hasta que de pronto en una de las penetraciones sintió por fin un atisbo de placer.

—Ahí, ahí me gusta –Gimió comprimiendo el suelo entre sus manos.

—Me aprietas bien rico señorito Akashi. — Tatsuya estrujó la piel de sus caderas dejando rojas marcas, pero había algo que el pelirrojo no se esperaba.

Repentinamente sintió que su garganta era aprisionada, se fijó que era el cinto que traía ese hombre, miles de cosas pasaron por su mente, ese tipo era un psicópata, se le había entregado en bandeja a un asesino.

—Esto te va a gustar, solo quedarte quietecito. — le susurró cerca del oído, el ahorque no era tan poderoso para matarlo, pero comenzó a toser en busca de aire, lo peor de todo es que el placer de su entrada seguía igual y su pene mantenía la erección, su cuerpo parecía estimularse por medio de la asfixia que le estaba provocando ese sujeto.

—Ya... no me mates.

—No lo haré, pero así tu culo aprieta más, vamos ¿A que no es delicioso?

Comenzó a salivar, se revolvía intentando liberarse, pero era peor, así moriría el gran Seijuro, siendo penetrado por el culo mientras era estrangulado ¡Oh qué muerte más indigna! pensó que se desmayaría, pero justo ahí Himuro aflojó el agarre del cinturón mientras sentía como ambos se corrían, perdió algo el conocimiento no por la falta de respiración si no por el orgasmo que le hizo acabar con un copioso chorro sobre el sucio suelo, cayó de bruces todavía con Tatsuya dentro de él.

— Eso estuvo bueno. —Escuchó que le decía mientras jalaba de él y lo ayudaba a incorporarse.

—Parece que fui algo rudo, me disculpo.

— ¿Que mierda? —preguntó enfadado.

—Asfixia erótica señorito, una antigua práctica que se remonta por los años 1600...—explico tranquilo mientras se acomodaba la ropa para luego encender un cigarrillo. —parece que lo disfrutaste bastante, aprietas bien rico.

—Maldito enfermo de mierda. —Reclamó de nuevo levantándose de golpe, él tenía la culpa por querer experimentar, pero bueno, había sido una excelente vivencia, estaba ansioso por conocer que más sorpresas escondía aquel tipejo.

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Gracias por leer, a ese Akashi le pasó por goloso.

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