Capítulo 3 - SIENDO GROSERA.

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Me despierto e inmediatamente reviso la hora.

«Las 6:45 AM» pienso.
Me duele el cuerpo como nunca antes y sé que tengo muchos moretones gracias a la golpiza que me dieron ayer.

Sé que si voy a un médico me van a encontrar algún golpe interno, pero también sé que van a tratar de averiguar cómo me los he hecho y obviamente no les podré decir.

Me despejo de esos pensamientos porque sé que no iré al Hospital, dándome una ducha fría para el dolor, me envuelvo en una toalla y me coloco crema para el dolor muscular y luego otra para adelantar la curación.

Con mucho cuidado me visto, y opto por un pantalón gris no tan ajustado y una camisa a cuadros rojos con negro junto con unas vans también rojas. Desenredo mi cabello y me hago una coleta alta.

Agarro la mochila no sin antes revisar la cocina y ver que sólo hay unas monedas que sólo me alcanzan para una manzana. Salgo deprisa aunque tengo tiempo de sobra ya que me levanté muy temprano. Llego a un súper mercado pequeño, agarro una manzana verde y voy a la caja, seguido de esto lo pago y me encamino a la escuela comiendo la manzana.

(***)

No me topo con nadie en ninguna clase y la verdad es que tampoco quiero. No me apetece que Andrés me dé explicaciones de algo que no me importa y aunque me duele aceptarlo la verdad tampoco me incumben. Voy saliendo al receso y me siento débil de repente, me siento en una banca un poco alejada de todos y respiro profundamente.

Aún no me siento mejor y me coloco la mano en la frente. «Fiebre, genial Jane». Estoy algo caliente y no quiero avisarle a nadie para que no se preocupe «A quién engaño, si a nadie le preocupo».

De repente y de la nada llega Ryan y me mira expectante, de inmediato quito la mano de mi frente y pongo la sonrisa más falsa de mi "vida". No quiero que sé de cuenta ni me pregunte nada.

-Hola Jane.-

-Ho..Hola Andrés.- dije

-Te voy a presentar a alguien- hizo una pausa.- ¿No te molesta verdad?-preguntó.

-No, no me molesta- dije finalmente en un tono neutro.

Veo a una chica acercarse, muy guapa, pelo largo con ciertas ondas, un color rubio en las puntas y bastante bajita. «Es más bajita que yo, muy bien Jane, estás progresando».

-Hola, soy Camila- dice dándome la mano y noto que tiene una voz chillona como la de ayer en la noche.

-Jane.- le di la mano y me miró con superioridad.

-¿Y tú eres?- preguntó aún con esa maldita mirada.

-Jane, ¿acaso eres sorda?- sonó bastante grosero pero no me importó, ahora lo que quiero es que se vayan los dos, me dejen en paz y pueda sentirme bien.

Andrés me miró asombrado, no se esperaba una respuesta así y la chica.. Camila, sí, Camila, también me miró así pero luego cambió a la de superioridad.

-Sí, te escuché, sólo preguntaba qué quién o qué eres de Andrés- aclaró, todavía seguía mirándome así y supuse que se contuvo sólo porque Ryan nos observaba.

-Soy.. era su..- el timbre no me dejó terminar y di gracias al cielo por eso, ni yo sabía exactamente qué fuí de Andrés. -Otro día será- agregué levantándome y disimulando como pude el mareo que me había dado. Ni siquiera los miré me largué y los dejé con la palabra en la boca, sin duda ella era la del que atendió el teléfono de Ryan y no iba a quedarme a que me restriegue en la cara que ellos eran novios, cosa que nunca fui de Andrés.

«Este será el año escolar más largo» pensé.

No es la primera vez que me mareo, eso me pasa cuando llevo días sin comer bien. No tengo que recordarles que no puedo ir al hospital como hice aquella vez.

*Flashback*

Decidí ir al hospital, no aguanto el dolor. Ayer fue uno de los días donde me golpea sin compasión. Hasta que me estampó contra la pared, sentí algo crujir en mi interior- una costilla talvez-

Preparo una mochila como puedo, una ropa, toalla, todo lo necesario para quedarme allá. Salgo de la habitación, voy a la cocina a recoger las llaves y se escucha la puerta ser azotada.

«Maldita sea, te atraparon Jane» me advierte mi subconsciente.

Me quedo estática en el lugar donde estaba antes de que llegara.

-¿Dónde estás?- pregunta enojado aún sin verme.

Actúo rápido y decido ir a mi habitación lo mas silencioso posible. Camino a paso lento y cuando voy a girar la perilla me agarra de la mochila haciendo que me caiga y sienta de nuevo el dolor.

-¿Pensabas salir? ¿Ah?- vociferó asustándome. -Responde maldita estúpida.- dijo tirando una patada que me dejó sin aire.

Luego de patadas, azotes, cachetadas pienso que va a parar pero no es así, me sujeta del cabello arrastrándome por toda la sala y estrella mi frente en la tina del baño. Veo todo borroso y siento como el dolor va disminuyendo, caigo completamente al suelo y siento como si ya no fuera a vivir.

Me dejo llevar por el sueño y caigo inconsciente.

-Tres puntos en la frente, fractura leve en el brazo izquierdo, pierna derecha fracturada, golpes en todo el cuerpo, 4 costillas rotas.- dice alguien que no logro reconocer. Escucho unos pasos alejarse y así también las voces. Siento una luz blanca frente a mi cara y me arden los ojos. No se donde estoy, pero por el olor llego a la conclusión de que es un Hospital.

Mala suerte para mi, van a querer saber cómo me hice todo esto y no tengo cabeza para inventar una buena mentira. Luego veré qué hago.

«Cuenta todo Jane, por primera vez, haz lo mejor para ti.»

Definitivamente no. Me irá peor y lo sé. Mejor luego pienso, mientras tanto disfrutaré la tranquilidad de donde me encuentro.

*Fin flashback*

Y así fue cuando dejé ir la posibilidad de ser salvada en el Hospital.

Returning to the Past.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora