Un golpe. Otro golpe.
Ya no me dolía, luego de que llegaba de la secundaria, estaba acostumbrada a esos golpes. Aunque ahora era diferente pues estaba de vacaciones, último día de vacaciones.
Ya nada me afectaba, me dejaba golpear sin luchar, a pesar de todo, si muero a nadie le haría falta, Ah, verdad, sólo al bastardo que me golpea hasta cansarse.
Lo odio. Odio mi vida. Pero al fin y al cabo es mi vida y nadie puede cambiar eso. No tengo amigas, ni mejores amigas. ¿Amigos? Menos, osea, sólo tenía al maldito bastardo que alguna vez me adoptó sólo para golpearme hasta quedarse sin ánimos de nada.
19 años de vida, si a esto se le puede llamar vida. En mi vida sólo tuve un amor, y sí, TUVE, porque ya no está más. A los 13 años de edad, conocí al chico que me cambió la vida, aunque suene raro que a los 13 años una niña prácticamente esté enamorada, pero sí, yo lo estaba, supongo que lo olvidé o eso me hizo creer mi mente.
Soy la típica chica que ha sufrido tanto y tuvo que esconder sus sentimientos, no llora en público, mas cuando está sola en casa y en su habitación rompe en llanto olvidando eso de : "No debo llorar, nadie puede verme haciéndolo". Aún así llora hasta quedarse dormida, hasta la hora que llega su maltratador.
Otra bofetada me saca de los recuerdos de la miserable vida que llevo, caigo al suelo, sin protegerme la cabeza ni nada, me quedo tendida, esperando más golpes. Él maldito sabe que ya nada me afecta, y lo hace para verme sufrir pero como cada día no lo logra, me deja tirada en el suelo y sale echando humo por todos lados, escucho la camioneta a lo lejos y ahí es cuando se que estoy "a salvo" por así decirlo.
Me levanto con el cuerpo a dolorido, cierro todas las puertas con llave, hoy es el último día de vacaciones, eso significa, nuevas personas en la secundaria. Odio esto, tener que presentarme más de diez veces con cada profesor.
Ignoro mis pensamientos y voy al baño, me limpio las heridas y pongo crema para que no duelan y mañana no haya moretones, tengo la mejilla colorada por tantas cachetadas y la rodilla izquierda pelada por haberme arrastrado por toda la sala.
Entro en la ducha y duro por lo menos una hora bajo el agua pensando cosas sin sentidos, pongo shampoo en el cabello, ya estaba sucio de sudor. Salgo envuelta en una toalla negra, salgo directo a mi habitación, me coloco maquillaje de mi color de piel en todos los lados para disimular los golpes del día anterior. Me pongo una camiseta negra, acompañado de unos jeans gastados negros y una chaqueta gris, junto con unas botas viejas, me peino el cabello y lo dejó mojado para que se seque sólo.
Decido irme a caminar al parque, sin olvidar mi teléfono y los audífonos, doy play a la música, aquella que me relaja y me hace olvidar todo. Salí y cerré todas las puertas y ventanas. Al cabo de unos diez minutos llego al parque y me pongo a caminar bajo los árboles sin rumbo alguno.
Escucho Little Things a todo volumen y veo a las personas que me rodean. A lo lejos veo una pareja sonriendo y señalando unos pajaritos que se mojaban en una fuente, siento melancolía al recordar que yo solía caminar agarrada de la mano por aquí con aquel chico que me hacía feliz.
Sigo caminando y recordando que sería de mi vida si ese hombre no me hubiera adoptado a los 10 años. Desde ese día aquella niña sonriente y vestida de colores alegres murió. La sonrisa se fue borrando, la vestimenta fue cambiando, olvidé lo que era sonreír.
El primer día que llegué a esa casa, estaba muy contenta de haber sido adoptada, el primer día fue muy lindo, comí helado, pizza, salimos a caminar.. pero no sé qué pasó, que al otro día llegó borracho y golpeando todo, salí de mi habitación frotándome los ojos.*Flashback*
-¿Qué pasa? -dije sin entender.
ESTÁS LEYENDO
Returning to the Past.
RomanceJane y Andrés. Separados y obligados a olvidarse el uno del otro. ¿La distancia que un día los separó, hoy los volverá a unir? Esperemos que sí, a pesar de que muchas cosas se van a interponer, talvez logren salir adelante con sus sentimientos.. tal...