Fye se quedó mirando la puerta ya cerrada por la que se había asomado el motivo de su masturbación.
Bajó la vista hacia su mano llena del líquido semitransparente pegajoso y a sus pantalones manchados... se maldijo a si mismo y se levantó del futón para poder limpiarse. Una vez que lo hizo, se miró en un espejo de mano que tenía cerca y sonrió, debía mostrarse igual que siempre frente a la princesa.
Entró con paso ligero a la habitación en dónde se servía la cena y mostró su mejor sonrisa para disimular todo lo sucedido unos minutos atrás, pero cuando iba a sentarse al lado izquierdo de la princesa, una katana lo detuvo.
Recorrió con la mirada toda la espada desde la punta hasta la mano que la empuñaba. Como era de esperarse, era de Kurogane, quién le impedía sentarse al lado de la princesa Tomoyo y que lo desafiaba con la mirada a que dijese algo en protesta.
-Hoy no, no eres digno -fue lo único que susurró en voz baja y de forma amenazadora.
-Si, tienes razón, hoy bebí tu sangre -fue la rápida respuesta que le dio el mago mientras le sonreía de vuelta, retrocedió un paso y se sentó un puesto más alejado.
Tomoyo quedó mirando a ambos y preguntó si había pasado algo entre ellos, a lo que su mano derecha ninja le respondió con una seca negativa.
La cena transcurrió en una atmósfera pesada y llena de tensión, a pesar de que Kurogane comía en silencio como era habitual en él y Fye durante toda la cena contaba anécdotas e historias que entretenían al resto de las personas allí.
Cuando ya era tarde, la princesa se levantó para retirarse, acompañada de su escolta personal y de Kurogane.
-Oye Tomoyo -la llamó el ninja antes de que pudiera entrar a su habitación- recuerda que estaré al lado, por cualquier cosa que necesites.
Todas las noches le decía lo mismo, sus habitaciones estaban juntas por un tema de seguridad. Pero para cualquier persona que pasara por ahí, esa frase de "cualquier cosa" era fácilmente mal pensada.
Según la tradición, la princesa guardiana debía unirse en matrimonio con el guardián de la aldea. Había sido así con los padres de Kurogane, aunque entre ellos había habido amor verdadero y único.
Por lo que era normal que los demás pensaran que habría algo entre Tomoyo y él, además del hecho de que la princesa había ayudado al ninja una vez que él había perdido a sus padres. Su relación era muy cercana y era cierto que él daría la vida por ella.
Pero en la realidad no había nada, la relación que compartían era de amistad, cariño y devoción el uno hacia el otro.
-Gracias Kurogane, pero hoy no será necesario que lo hagas -Tomoyo le sonrió- preferiría que hicieras algo por mi.
-Lo que sea, dime -el ninja sujetó su katana, esperando la acción.
-Guarda tu espalda, quiero que vayas a hablar con Fye -ella vio la indecisión en su rostro y negó con su cabeza- no hay peros ni excusas que vaya a aceptar, no volveré a hablarte hasta que lo hagas.
Esa sonrisa que había estado presente durante toda la conversación desapareció dejando un semblante serio.
-Es una orden Kurogane-kun.
¿Cómo podía negarse a una petición con ese tono? Además era su deber obedecer a la princesa, aunque hace un tiempo atrás ese tipo de órdenes las hubiera ignorado. Pero ahora no podía hacerlo. Su juramento de lealtad le obliga, además de la preocupación que se veía en los ojos violetas de ella.
Posó su rodilla en el suelo y agachó la cabeza mientras ponía su mano derecha en el corazón, en señal de obediencia.
-¡Ah! Kurogane, no se te olvide llevar una botella de sake, creo que te será más fácil así.
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Cuidaré de ti (KuroFye) (Hiatus)
Fanfiction"El mago que evita su destino y el ninja que lucha contra él" Luego de que sucedieran los acontecimientos en Tokyo en dónde Kurogane se convirtió en la presa de Fye, y de volver del país de Celes, ambos Kurogane y Fye deben permanecer juntos por el...