CAPÍTULO 5

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Tener un amigo o amiga con derechos, puede ser lo mejor de la vida, pero… cuando esos beneficios empiezan a convertirse en desventajas… Las cosas no son tan buenas como aparentan ¿verdad?...

Aún en el cuarto de baño y con Jun.k molesto en la habitación, seguían viniendo a mi mente los recuerdos del día en que decidimos ser algo más que amigos pero, en total libertad.

- Puedo besarte cuando quiera. Le propuse.

- Puedo mirar a otras chicas. Jugueteó.

- No hay rompimientos. Señalé

- No hay aniversarios que recordar. Comentó risueño.

- No hay suegros, ni suegras. Respondí entre risas.

- Tengo todo el tiempo del mundo con mis amigos. Inquirió.

- No necesito hacer nada para tener una noche especial contigo. Respondí.

- Para el resto, no hay nada entre nosotros. Agregó y yo acepté gustosa.

Fuí yo quién me puse en esta posición, la que cambió fuí yo, no él. Entonces ¿Qué puedo reclamar?, sabía muy bien las reglas del juego.
Debo suprimir a mi corazón, no quiero alejarme, aunque lo repita mil veces, no podré. Lo necesito, aunque sea la mitad de nada, aunque nunca sea mio de verdad.

- Sunsun, si no sales tendré que tirar la puerta. -Su voz enronquecida dejaba en claro que estaba totalmente preparado para derribarla- Nerviosa abrí lentamente y lo dejé entrar.

Cualquiera que me viera, creería que estoy loca, Victoria probablemente me mataría si supiera la clase de locuras que he hecho por este hombre. En silencio y sin pensarlo dos veces, me avalancé a sus brazos, los que en un acto de reflejo y familiaridad me prestaron un refugio ya conocido, este es mi lugar favorito en el mundo.

-Sunsun, ¿Qué voy a hacer contigo?, lamento tanto ponerte en peligro. Lo siento tanto.

En cada paso que soy, siempre sigo mi corazón y este me pedía a gritos sentirlo una vez más, si este iba a ser nuestro final, no necesitaba saberlo, sólo deseaba sentirlo una vez más y atesorar los recuerdos que queden de esta locura.

- Tú no me metiste en esto, fuí yo. Yo elegí el peligro y si salgo herida, será mi culpa.

- Pude haberlo evitado.

- Sabes lo terca que soy, no tardaría en convencerte.

La necesidad de tocar sus labios crecía a cada momento hasta que no pude resistir.

-Sunhee, querías terminar con esto...

No contesté y volví a atacar sus labios con descaro.

El teléfono de Jun.k sonó fuertemente, haciendo que este se sobresaltase e intentara huir de mis labios, pero yo lo sujeté un poco más fuerte haciendo que este me tomara por la cintura y me apretara aún más contra la pared. Aún estabamos en el baño.

—Sunhee… el teléfono… puede ser algo importante —trató de decir entre besos.

Me separé lentamente, mirándolo fijamente a los ojos.

—Que esperen un poco más, ya saldrémos a la cruel realidad… —exclamé mordiéndole el lóbulo de la oreja, haciendole gemir de gusto.

—No… basta… somos amigos.

Y las palabras clave fueron pronunciadas. Me separé de el y metí mis manos a los bolsillos, alejándome de  él y deteniéndome a unos pasos de distancia.

—¿No vienes, Jun.k? —le pregunté como si nada.

Tras calmarse  un poco y con una notoria erección, me sonrió.

—Claro, Sunhee —murmuró mientras se paraba a mi y tomaba su teléfono móvil para responder aquella llamada.

Así era el trato - Pensé - yo le propuse parar con todo esto...

Cuando los dos estábamos solos, bastaba decir «Somos amigos con derecho» para que la batalla se desatara. Y así, diciendo simplemente «Somos amigos» todo se terminaba.

Pasaron los días y nos reencontramos con los chicos; Woo, Chan, Taec, Junho, Khun y Victoria, ahora estaban las 24 horas del día junto a nosotros. Eso en verdad, me reconfortaba.

Frente a nuestros amigos, ambos aparentábamos normalidad y, sinceramente, yo estaba bien con eso.

Sin embargo, todo comenzó a complicarse por la venganza de Hyuna, quién iba a decirlo, a mi me parecía una chica de lo más normal y amable...

Una semana después: Jun.k había salido antes de casa, diciendo algo de que había quedado con alguien o algo por el estilo. Quizás debí haberlo escuchado, pero no le daba demasiada importancia a nada a esa altura de la mañana. Me encontré con Victoria en el camino a la cocina y preparamos el desayuno hablando de quién sabe qué cosa. Casi siempre le contaba cosas del trabajo y ella me contaba cosas de Khun y del embarazo.

—¡Sunhee! —gritó Victoria de pronto, frenándose en el acto frente a la puerta de la entrada.

—¿Qué te pasa? —le pregunté asustada y revisando su vientre,  provocando que  me mirara con una sonrisa nerviosa, algo compasiva.

—Mira a Jun.k… —señaló disimuladamente— Viene con la loca vengativa que parecía querer matarnos hace unos días… —comentó entrando en pánico.

Yo seguí la dirección de su dedo. Me sorprendió encontrarme a Jun tomando de la mano a Hyuna. Tuve la sensación de que la estaba reconfortando, quise salir a reclamarle el traer a la causante de todo el alboroto de días atrás, la misma que amenazó con dañarme a mi y a mi mejor amiga y que mandó a unos tipos a golpear a nuestro Taec. Pero me detuve a medio camino. Si él la traía aquí, debía haber una buena explicación. Pero entonces, ¿Por qué parece tan amoroso con ella?, ¿Por qué se toman de la mano?.

¿Qué era esa molestia en mi pecho?

¡A la mierda! Si el quería tomar a cualquier chica, bien, no éramos nada al fin y al cabo.  Pero enserio, ¿debía ser esta loca?. Me di la vuelta y caminé tranquilamente al sofá junto con Victoria quién ya preparaba el discurso de bienvenida, aunque dentro de mí, algo se quemaba. Oh, sí. Había olvidado la desventaja de haber sido "amigos con derechos".

Podía besarlo cuando quisiera, pero otrás chicas también....

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