I'M YOURS

CAPÍTULO 13

Luego del papelón que hicimos Jun.k se limitó a agradecer el detalle que tuvieron los chicos por su llegada, mientras en su mirada se reflejaba cansancio y tristeza, uno a uno se fueron retirando nuestros amigos, para darle espacio y permitirle descansar.

-Bueno, te dejo descansar - le dije cuando nos quedamos a solas - la correspondencia está en sobre el sofá, llegaron tres paquetes que enviaron las fans, duerme bien.

-He... Sunhee, ¿Podrías darme un momento?

-Creo que no es conveniente, estás cansado y yo también..

-Por favor -Su cara era prácticamente una suplica y no pude contra ello...

Después de que decidí quedarme, Jun fue directo a la habitación a tomar una ducha, mientras lo hacía decidí cocinar algo para cenar juntos, se sentía como si hubiesemos vuelto a esos días en los que nuestra amistad especial marchaba bien, se sentía bien, lo extrañaba con todas mis fuerzas a pesar de todo - ¿Les dije que nací sin el cromosoma de la vergüenza y la dignidad? - busqué y no encontré nada comestible, supongo que la antojada Vic arrasó con el contenido de la despensa, fui hasta mi casa a buscar carne y verduras para cocinar filetes y ensalada, eso sería suficiente para reponerse después de unos agotadores días, cuando volví aún se escuchaba la ducha, supongo que el baño le relaja y no evitar comenzar a divagar pensando en su cuerpo desnudo bajo la ducha - ¡No Sunhee!, debes controlar tus hormonas, pensé - mientras cocinaba decidí ponerme los audífonos y escuchar música...

I have died everyday waiting for you

Darling don't be afraid I have loved you for a thousand years

I'll love you for a thousand more
And all along I believed I would find you

Time has brought your heart to me
I have loved you for a thousand years

I'll love you for a thousand more...

No pude evitar cantar mientras cortaba las verduras, de pronto unas manos rodearon mi cintura desde atrás y dí un pequeño salto de impresión, lo que le permitió ajustarme más a su cuerpo, Jun olía a una exquisita mezcla de jazmín y su perfume... Mientras me abrazaba tarareaba la canción en el oído que dejé libre de audifono y su aliento rozaba mis sentidos sumergiendome en una especie de limbo, como si me hipnotizara con cada acto.

¿Por qué lo amo tanto?, no lo sé...

Me quedé inmóvil disfrutando del contacto, sus manos se colaron bajo mi blusa y rozaban mi vientre, el calor  que estas emanaban parecía quemar mi piel y todo a su paso.

Su respiración en mi oído me indicaba que no era sólo yo la que se estremecía con la cercanía de nuestros cuerpos.

Nos quedamos así por unos minutos, en silencio, temía que si iniciaba una conversación la magia del momento se destruiría y todo este tiempo sin sus caricias me estaba volviendo loca, fui egoista por primera vez y atesoré ese instante en el que no importaba nada, nada más que mis ganas de sentirlo cerca.

Siempre he sido demasiado cosquillosa y ese es mi punto débil, la respiración de Jun en mi oído pronto comenzó a provocar cosquillas las que inevitablemente hicieron que rompiera nuestra burbuja con una tonta risa y movimientos de desesperación, mi risa desencadenó la suya, nos encontrábamod riendo como dos tontos sin mayor problema... Irónico ¿No?

En un hábil moviento Jun retomó mi cuerpo en sus brazos y ahora frente a frente me invitó a bailar.

-¿Qué haces tonto?, no tenemos música.

-Nunca la hemos necesitado, mi canción favorita es el sonido de tu risa y los latidos de tu corazón -contestó mirandome a los ojos- me abrazó más fuerte y me rendí snte sus actos, su voz, su olor, sólo me rendí por que lo necesitaba, aunque luego me arrepienta de todo, aunque probablemente me romperá el corazón otra vez...

Apagó la cocina, retiró el audifono y mi celular y los depositó sobre el mesón, tomó mi mano derecha entre la suya e instintivamente mi brazo disponible le rodeó el cuello ¡Mi lugar favorito en el mundo era estar entre sus brazos!...

-Ahora si estoy en casa -dijo en un pequeño suspiro, yo sólo sonreí.

-Te extrañe - admití.

-Te necesito- confesó.

Sus manos se enredaron en mi cuerpo casi tan rápido que no me dí cuenta de cómo o cuándo llegamos hasta el sofá, entonces vacilé entre volver a tenerlo y a los problemas que eso conlleva o, arrepentirme y salir corriendo a mi departamento y omitir lo que estaba a punto de pasar, mis hormonas y mi corazón votaron por la primera opción, mi mente por la segunda y como respeto la democracia, cedí y lo besé con las ganas que tenía retenidas desde el momento en el que apostamos no tener sexo para que enseñara palabrotas en japonés, debo ser sincera, iba a perder entonces y perdí ahora, no puedo resistir su habilidad al tentarme, es como un vampiro utilizando encanto, te hipnotiza y puedes hacer lo que sea por el.

Caí en el sofá con él sobre mí, sin dejar de besarnos, se abrió paso entre mis piernas. Y ahí estábamos otra vez,  vueltos locos, una danza de cuerpos, corazones y almas buscando esa conexión tan profundamente maravillosa que sólo encontrabamos en los brazos del otro.

- ¿Estás segura de esto?, puedo parar si lo deseas -señaló con la poca calma que podría tener en su cuerpo sentandose en un extremo del sofá - su respiración entrecortada, su cara de indecisióm, sus manos, todo él me parecían una fantasía, de esas que solía tener cuando niña y me enamoraba de chicos a los que jamás les hablaría. Pero esto era distinto, él era real, tan real como el dolor que me provocaba cada vez que nos involucrabamos más allá de una amistad.

Pensé seriamente mandarlo a freir esparragos a África, sería la venganza perfecta, dejarlo tan confundido como me tenía a mí, pero Taec tenía razón, a veces uno hace locuras cuando ama, lo importante es dar todo lo que puedas dar y hay que saber cuándo retirarse. Hoy no es el día, no me quiero retirar, lo deseo...

-Eres mio - pronuncié decidida y en sus ojos una chíspa se encendió.

-Todo tuyo- recalcó.

-Esta es la última oportunidad que le doy a a lo que siento por tí, si decides estropearlo no habrá nunca más un nosotros- ¿Estas seguro?.

Inclinó su cabeza y me besó dulcemente -soy todo tuyo y estoy muy seguro- expresó con mucha convicción o al menos eso quería creer...

Entonces te veo mañana - solte sonriente- mientras me retiraba de su departamento