Carrie

"The end"

Caminaba hacía mi casa toda llena de sangre con las manos extendidas...

Mi madre tenía razón- pensaba mientras caminaba.

Me detuve...

-Mamá...mami...- decía en voz baja sollozando asustada mientras volvía a caminar hacía la puerta.

Entré.

-Mamá, mami, ma...- paré cuando vi la grieta que yo había hecho anteriormente en la puerta del armario más profunda.

Caminé hacía el armario, acerqué mis ojos al fondo de la grieta y no estaba mi madre...me quedé confusa y subí las escaleras.

-¡Mami!

No me contestaba...

Entré a mi cuarto.

-¡Mamá!

Al no saber ni siquiera donde estaba apagué la luz de mi cuarto y fui a la ducha para quitarme la sangre que traía.

Abrí las llaves de la tina...me quité el vestido y me metí al agua, junté mis manos y agarre un poco de agua para echarme en la cara...sentí el agua en mi cara y luego vi mis manos...

No...¿por qué?...que hice para merecer esto- pensaba mientras movía mi cabeza diciendo no.

Comencé a llorar...junté más agua con mis manos y me la volví a hechar en la cara...luego talle mi brazo con el agua de la tina una y otra vez con ira sollozando, abracé mis piernas y escondí mi cabeza en ellas...

-Lo siento- dije con lágrimas en la cara.

Terminé y salí del baño con mi bata puesta...caminé hacía las escaleras.

-¿Mamá?...¡mamá!...

Pisé el primer escalón y rápido me voltee, ahí estaba ella, tenía una mano escondida en su espalda.

-Mamá- dije con tono de alivio mientras corría a abrazarla.
-Tenías razón mamá...se rieron de mi...- decía entre sollozos.
-Sabía que te harían daño- dijo acariciándome la espalda- debí suicidarme cuando te puso en mi...
-¿Qué?
-Dormíamos juntos pero libres de pecados...pero un día, el fue y me tomó...
-No mamá, no quiero oír eso- dije mientras alejaba mi cabeza de su hombro.
-Y lo disfruté, debí haberte entregado a dios cuando te puso en mi pero...fui débil, y te quería tanto...entonces dije dios, dejame conservarla.

Sonreía...

-Recemos hija...
-...si mamá recemos- dije mientras me arrodillaba frente a ella entrelazando su manos con las mías y dando un beso en estas.

Se arrodilló conmigo.

-Padre nuestro...que estás en los cielos...santificado sea tu nombre- decía ella.

Se iba acercando más a mi hasta llegar a abrazarme, yo la abracé con cariño.

-Venga a nosotros tu reino...hagace tu voluntad...tanto en la tierra...como...en, el cielo.

De repente sentí un inmenso dolor en en el hombro, como si me hubieran enterrado algo.

Abrí la boca sintiendo dolor, las luces parpadearon.

-¡Mamá!- dije volteándola a ver, tenía el cuchillo en su mano...no podía creerlo...me había enterrado el cuchillo.

Con mis poderes empujé a mi madre hacía el fondo del pasillo haciéndome caer por las escaleras, con debilidad.

Vi a mi madre bajando por las escaleras, me arrastré alejándome de ella.

-¡No mamá! ¡Por favor!
-Lo siento Carrie...fue mi culpa, tu sabes que el diablo nunca muere...siempre regresa...hay que seguir matándolo pequeña, una y otra vez.