Capítulo 64

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-¡Oh dios mio!

Una voz me hizo abrir los ojos. Mierda, me había quedado dormida. Miré a ambos lados y lo vi, Hayes, solo. Parpadeé varias veces y lo vi correr hacia mi. ¿Qué demonios...? Y me fijé en el cielo. Estaba oscureciendo.

-¡Sara! - gritó antes de llegar a mi y arrodillarse a mi lado, mirándome preocupado. - Dios mio, ¿estas bien? ¿Dónde diablos te habías metido?

Lo miré de pies a cabeza, estaba temblando, nervioso... ATERRADO. No sabía que pensar, acababa de despertarme.

Soltó un suspiro antes de abrazarse a mí con fuerza y entonces sentí la calidez de Hayes envolver mi cuerpo, el cariño reconfortante de Hayes.

-Te he buscado por todos lados. - susurró a mi oído sin separarse de mi lado. - No vuelvas a desaparecer, joder, nunca. Lo digo enserio, me has asustado mucho.

Estaba confusa, aunque me sentía mal. Llevaba todo el día sintiéndome mal, pero Hayes... Un abrazo de Hayes era la cosa más reconfortante que podría sentir.

-Lo siento. - murmuré

-Te perdí de vista y me preocupé, llamé un par de veces a tu móvil pero lo tenías apagado y luego... - susurró a mi oído sin separarse. - Luego te volví a ver cuando estábamos comiendo pero desapareciste...

Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos sin decir nada mientras en me susurraba lo asustado que estaba, que llevaba horas buscándome solo porque los demás no quisieron pararse.

-¿Dónde está Sofía? - pregunté separándome de él para mirarlo a la cara.

-Se fue, pero no importa. Lo único que importas eres tu, ¿Vale? Y ni se te ocurra volver a separarte del grupo cuando te sientas mal. - dijo mordiéndose el labio, examinando mi rostro con la mirada preocupado.

-Pensé que no te habías dado cuenta... Lo estabas pasando muy bien con...

-No me vengas con esas, Sara. No podía quitar los ojos de ti ni un segundo... Y cuando lo he hecho te has ido. - me cortó y después soltó un suspiro cerrando los ojos. - Pensé que te había pasado algo... Y casi me muero...

-Siento haberte preocupado... - suspiré mirando al suelo.

-No pasa nada... - respondió levantándome la cara por la barbilla. - Pero vas a tener que joderte porque no te voy a dejar sola ni para ir al baño. Enserio.

Se levantó del suelo y me ayudó a levantarme a mi, cargando con mi pequeña mochila. Era agradable tener a Hayes conmigo, sobre todo después de haber sentido que no le importaba una mierda durante todo el día, me sentía una imbécil por ello y por más cosas.

Pero después de un largo rato, por fín llegamos al hotel. Me senté sobre el borde de mi cama mientras Hayes entraba y salía del baño y se paseaba por la habitación. Una de las cosas buenas del viaje es que nos dejaban hacer lo que quisiéramos por las noches. Este había sido el peor día de mi vida, así que lo que realmente deseaba era dormir.

-Voy a pedir una pizza en el servicio de habitaciones para cenar, ¿Vale? - dijo Hayes cogiendo el pequeño teléfono que conectaba con recepción y que se encontraba sobre su mesita de noche. - Espero que tengas hambre.

Fui a decirle que si, que no había comido en todo el día, pero decidí callarme, pues Hayes era capaz de hacerme engullir todos los trozos de pizza por eso. Me limité a asentir antes de levantarme de la cama y coger mi pijama para darme una ducha rápida. Y eso fue lo que hice, la ducha era purificante, igual que todas las lágrimas que había soltado a lo largo de este nefasto día que por fin acababa. Salí del baño haciéndome una coleta alta, Hayes estaba sentado en su cama, haciendo FaceTime con alguien.

Yo no solía ser así     [Magcon Boys] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora