¿Qué aprendí? A nunca mirar por las ventanas.

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JACK

Todo sucedió con una velocidad asombrosa, pero a su vez, parecía ir en cámara lenta. Sia gritándome, derrumbándose en el suelo, Vira apareciendo a su lado y después el remolino negro que hizo desaparecer a todos los enemigos.  Cuando el humo se disipó no quedaba nada, ni el más mínimo rastro de lucha, solamente la guarida de Pitch tal y como la recordaba.

Sentí los pies de cemento, no podía caminar, tampoco moverme. En mi mente se veía una y otra vez la mirada de Sia, esa que me decía "Si pudiese, te mataría". Sus palabras sonaban como un eco lejano en mi mente, pero tan claras que podían perforarme la cabeza.

Esa era la jugada de Vira, ese era su plan. "El invierno mata", pensé que me lo decía por mí mismo, pero no fue hasta que Norte me hizo refrescar sobre ese día que entendí lo que en realidad ella quería. No tengo idea qué fue lo que vio, desde donde estaba solamente veía una pared de fuego negra y cómo Sia lloraba. Sentí una mano en mi hombro, era Norte. No quería verlo, no podía soportar esa mirada de "sabía que esto pasaría" y "pobre Jack" otra vez.

- Ya no volverá a ser una distracción - dije sin mirar a nadie. Ignorando todo lo demás salí volando de allí en ese mismo instante, quería estar lo más lejos posible de todo.

Llegue hasta Moscú en poco tiempo, era una de mis ciudades favoritas. Casi siempre hacía frío y desde la catedral se tenía una excelente vista. Sin embargo lo último en lo que pensaba ahora era la vista. Sentía un peso en el alma y algo agrio que subía por mi garganta. Había olvidado por completo aquel día. Jamás intenté matar a nadie, pero a veces… las personas se perdían en medio de mis ventiscas o no podían soportarlas y entonces pasaban cosas como estas. Yo mismo soy lo que soy por morir congelado.  Ahora recordaba ese día, pero nunca me había enterado qué fue de la niña que dejé en la puerta del hospital. Cada vez que encontraba niños abandonados los llevaba a un hospital o a un orfanato, a veces me dolía la frecuencia con lo que eso pasaba, por eso trataba de olvidarlos. Solamente me aseguré de que esa niñita no sufra el destino de su madre, ¿Cómo saber que después resultaría ser Sia? siquiera Jaime me contó esa historia cuando fui a visitarlo un par de años después.

"Juro que si pudiese haría que nadie más crea en ti, que seas invisible para todos" Eso me retumbaba en los oídos y me perforaba el pecho. Esa era la misma chica que yo había besado, la misma que se reía de mis chistes más estúpidos, la misma para la que solamente unas horas atrás era su chico helado. Y ahora me odiaba con todo su ser.

Algo brilló detrás de mí y cuando me volví Meme descendía en una nube dorada.

"¿Cómo estás?" me preguntó. No respondí y volví la vista al frente. Él se puso frente a mí "Tienes que hablar con ella" dijo. Hice una risita sorda.

- ¿Y si mejor me corto la cabeza yo mismo? Así ahorraríamos tiempo.

"Tienes que explicarle qué fue lo que pasó"

- De eso ya se encargó Ella.

"Ella puede controlar y rearmar recuerdos, tal vez lo que le mostró no es del todo cierto. Salvaste a Sia dos veces ese día. Desde que viste a su madre huir del auto sabías que no sobreviviría, pero lograste mantener viva a la bebé" Eso era verdad. "Tienes que darte una oportunidad de explicarle cómo fueron las cosas"

- ¿Tienes arena en el cerebro? ¡Me odia! Lo último que quiere es hablar conmigo.

"No tiene que hablar, solo escuchar"

- No va a hacerlo.

"¿Qué tienes para perder?"

Miré a Meme y noté que me sonreía dándome ánimo. Era cierto, podía quedarme allí y no hacer nada o intentar hablar con ella, de todas formas no podía odiarme más de lo que ya lo hacía. Sonreí a Meme y gritando gracias salí volando como un rayo.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora