Narrado 2

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Llegué del baño y otra carta estaba en mi puesto, un gris un poco más oscuro que el escrito de ayer, pero ni tan alejado del color de la carta anterior.

Al exterior escribía Maíz.

Quería abrirla pero no podía. No quería encariñarme con cualquier persona, porque siempre me dejaban.

No la leí, pero la guardé. La dejé en mi mochila y me volví a sentar.

Aunque suene muy egoista, no quiero sufrir.

Además, ¿Quién quiere estar con la rara del salón?

Y me sumí en mis pensamientos.

Enseñándote el color.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora