Enseñándote el color.

-6-

—La vida es una, y acaba cuando quiere.

Quizás, hubieron muchos altercados, muchos obstáculos, muchas pruebas que superar, pero cada una ellos hicieron que triunfara el amor y la unión que había entre ellos.

Para los que no conocen su historia, se las cuento.

Se conocieron, en la escuela, no hablaban mucho, hasta el último año, cuando él comenzó a enviarle cartas, unas cartas que aún están guardadas en un pequeño cajón, en su casa.

Para los que no sabían, ella tenía acromatopsia, que es una rara enfermedad, por así decirlo, a la vista, que le permitía sólo ver los colores, en tonalidades de grises y  claro, el blanco y negro también los podía apreciar.

Él, con sus interminables cartas coloridas le enseñó, no a ver los colores, si no que a sentirlos. Le demostró cada uno de sus sentimientos que representa cada color a través de sus palabras.

Ellos se amaron, mucho.

Se casaron, tuvieron dos hijos, ambos varones y alcanzaron a conocer a tres nietos.

Él, falleció de un infarto, tenía problemas de hipertensión. 

Y ella, en menos de una semana, falleció, por problemas de depresión.

Se necesitaban el uno al otro.

Yo los amaba, aún lo hago.

Uno nunca olvida la muerte de sus padres, la muerte de las personas que te dieron la vida, de las personas que estaban ahí para tí incondicionalmente.

Los amo, Logan y Camille.

El chico bajó del pequeño estrado en el que había hablado. Se sentó junto a su esposa y a sus dos hijos. A su lado estaba su hermano junto con su familia.

Una lágrima corrió por su mejilla.

Sonrió y volvió a poner atención en el servicio.

—Gracias por las humildes palabras de Charlie, hijo de los difuntos.

Antes de que empezaran a bajar los ataúdes, para luego enterrarlos, el chico y su hermano se acercaron, cada uno a ambos ataúdes.

Mientras su hermano susurraba algo al ataúd de su padre, Charlie se acercó al de su madre y le dijo.

—Te enseñó el color, su mútuo amor era inigualable. Estarás en nuestros corazones y pensamientos, hasta que nosotros también dejemos de vivir. Te amo, madre.

AY, es el último extra y siento que lo escribí mal :p.