Capítulo 7

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Cuando todos los Iniciados estuvimos de pie sobre tierra firma de nuevo, Lauren y Cuatro nos guían hacia abajo por un estrecho túnel. Las paredes están hechas de piedra, y el techo está en declive, así que siento como si estuviera descendiendo profundamente hacia el corazón de la tierra. El túnel está iluminado por largos intervalos, así que en los espacios oscuros entre cada débil linterna, tengo el temor de estar perdida hasta que unos hombros chocan los míos. En los ciclos de luz estoy a salvo de nuevo.

El chico de Sabiduría al frente de mí se detiene abruptamente, y choco contra él, golpeando mi nariz en su hombro. Me tambaleo hacia atrás y froto mi nariz mientras recobro mis sentidos. La multitud entera se ha detenido y nuestros tres líderes están de pie enfrente de nosotros, sus brazos doblados.

―Aquí es donde nos dividimos ―dice Lauren―. Los Iniciados nacidos en Intrepidez están conmigo. Asumo que ustedes no necesitan un tour del lugar.

Ella sonríe y hace señas a los Iniciados nacidos en Intrepidez. Ellos se apartan del grupo y desaparecen en las sombras. Observo el último talón salir de la luz y miro a aquellos de nosotros que quedamos. La mayoría de los Iniciados eran de Intrepidez, así que sólo quedan nueve personas. De aquellos, yo soy la única transferida de Abnegación, y no hay transferidos de Concordia. El resto son de Sabiduría y sorpresivamente, de Sinceridad. Debe requerir valentía ser honesto todo el tiempo. Yo no podría.

Cuatro nos dirige la palabra a continuación. ―La mayoría del tiempo trabajo en el cuarto de control, pero las pocas semanas que siguen, seré su instructor ―dice―. Mi nombre es Cuatro.

Christina pregunta: ―¿Cuatro? ¿Cómo el número?

―Si ―dice Cuatro―. ¿Hay algún problema?

―No.

―Bien. Estamos a punto de entrar en El Foso, el cual algún día aprenderán a amar.

Christina ríe con disimulo. ―¿El Foso? Ingenioso nombre.

Cuatro se acerca Christina e inclina su cara cerca a la de ella. Sus ojos se estrechan, y por un segundo sólo se queda mirándola.

―¿Cuál es tu nombre? ―pregunta él calmadamente.

―Christina ―chilla ella.

―Bueno Christina, si yo quisiera soportar bocas inteligentes de Sinceridad, me habría unido a su bando ―sisea―. La primera lección que tú aprenderás de mí es mantener la boca cerrada. ¿Se entiende?

Ella asiente.

Cuatro echa a andar hacia la sombra al final del túnel. La multitud de Iniciados avanza en silencio.

―Qué idiota ―masculla ella.

―Supongo que no le gusta que se rían de él ―replico yo.

Probablemente será sabio ser cuidadosa con Cuatro, me doy cuenta. Parecía tranquilo para mí en la plataforma pero algo acerca de esa calma me hace ser precavida ahora.

Cuatro empuja para abrir un conjunto de puertas dobles y entramos en el lugar que él llama "El Foso".

―Oh ―susurra Christina―, lo entiendo.

"Foso" es la mejor palabra para eso. Es una caverna subterránea tan enorme que no puedo ver el otro extremo desde donde estoy parada, que es en el fondo. Paredes de rocas desniveladas se alzan varios pisos por encima de mi cabeza. Construidos dentro de las paredes de rocas hay lugares para comida, ropa, provisiones, actividades de ocio. Estrechos caminos y gradas talladas en la roca los unen. No hay barreras para impedir que las personas se caigan por el borde.

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