×Blood× °YoonMin°

03

• Día siguiente •

Muy bien. Era hora, el sol comenzaba a salir y el reloj indicaba las 7:50a.m, todo por mi maldita hambre.
Me acerqué al pequeño puente, el pequeñísimo lago brillaba con los rayos del sol, justamente tenía puesta unos lentes de sol y mi gorra que cubría todo mi cabello.

Su mirada daba una breve expresión, sus manos apoyadas en la madera del puente y sus piernas cruzadas, sus ojos se cerraban como si apachurraras algo.

Simplemente Perfecto.

— Di-disculpa.— mencioné temeroso, su mirada seguía clavada en el lago y sus manos se movían de un lado al otro, esperando una respuesta de su parte.

— ¿Me llamaste?.— Sonrió. Giro su cuerpo acercándose al mío, extendió su pequeña mano con una sonrisa calmada.— hace poco no tuvimos tiempo de presentarnos, Mi nombre es Jimin.

— M-mi nombre es.. YoonGi.— articule cada palabra. No entendí la razón por la que tartamudeo cuando intento mencionar un comentario hacia el.

— ¡Mucho gusto!, ¿Y que te trae por aquí?.— sacudió mi mano para soltarme y meter las manos en su sudadera.— ¿Te gusta el lago?.

— N-no mucho.— exclamé.— ¿Y a ti?.

— Bastante, pero si a YoonGi hyung no le gusta, a mi tampoco.— soltó una carcajada. ¿Que se sintió para llamarme Hyung?.

— ¿Estas loco?, ¿Desde cuando soy tu Hyung?.— Cruze mis brazos, estaba esperando una respuesta obvia a eso.— Olvídalo.

Sonrió de oreja a oreja y siguió caminando, corrí a su lado lo más rápido, visualize que sacó de su bolsa derecha una barra de granola y dió un mordisco, me miró y extendió de nuevo su mano.

—¿Gustas?.— Pregunto.

—¿Q-que es?.— pregunté indeciso.

— Granola.— dijo y tome un pedazo de ella, la diriji a mi boca y mordí, Dios mío es lo más delicioso que he probado aparte de sangre.

Sonreíamos, ahora entiendo porque lo consideran una buena persona, regresamos al colegio , se despidió de mí y camino con sus amigos.

— ¡J-JIMIN!.— Grite esperando una respuesta de él, y así fue, giro su cuerpo con una mirada un poco seria. camino hacia mi y Sonrió de nuevo.— Se que apenas nos hablamos y eso, así que.. ¿Quieres ir a cenar a mi casa?.

— Me parece perfecto, si no es ninguna molestia.— mencionó dando un pequeño abrazo y siguió caminando.

El juego comienza.