- Dani...
- Daniel...
- ¡Daniel!
Un grito que sonó tan fuerte y real en mi cabeza hizo que despertara. Inmediatamente, mis ojos comenzaron a buscar el origen de aquel sonido, solo para notar que mi habitación estaba vacía.
Salí de la cama de manera cauta mientras vigilaba no pisar alguna cosa tirada por el piso, todo estaba tan oscuro. La única luz que podía notar, era la que se escapaba por la ranura inferior de la puerta. ¿El pasillo de mi casa estaba con luz? Eran las 04:32. Esto es extraño.
Al llegar a la puerta y abrir el pomo lentamente, la luz inundó mis ojos que no se acostumbraban a la exposición de esta. Todo estaba muy ordenado y tranquilo, pero el ambiente era muy pesado.
Me acerqué a la habitación de mi hermana, que estaba paralela a la mía, y vi que su puerta estaba abierta.
Habíamos quedado salir de aquí a las 03:00 para escapar de todo esto, pero me quedé dormido. Las peores ideas estaban pasando por mi cabeza y el miedo se presentaba en forma de escalofríos en mi espalda. No me podían haber dejado.
En la pieza de mi hermana todo parecía tranquilo y ordenado, solo que estaba sola. No había nadie en ella.
Su maleta estaba abierta y ya contenía algunas cosas. Había alistado unos conjuntos de ropa y una bolsa llena de medicinas, pero a su lado, estaba su arco de madera junto a un carcaj de flechas.
Tomé el arma y puse el carcaj en mi hombro. Como no tenía planeado dormir tanto tiempo, me encontraba ya con ropa para salir rápidamente. Una chaqueta negra polar, unos vaqueros y zapatillas eran mi conjunto de viaje.
Salí de su habitación y caminé escaleras abajo, el olor fétido no tardó en llegar. Rex, mi pequeño perro, estaba echado en la alfombra. Bueno, lo que quedaba de él lo estaba.
Un agujero muy grande reemplazaba su pecho y la sangre que salía de este, ya había marcado la alfombra blanca. No pude mirar esa escena. Eso no me estaba sucediendo a mi. No era posible.
- ¿Mamá? - Pregunté al aire. - ¿Fabi?
La respuesta llegó en forma de gruñido. Encontré a mi madre sentada de cuclillas en la entrada de mi casa.
- ¿Mamá? ¿Qué está sucediendo, por qué no me despertaron? ¿Y Fabi? Ya es muy tarde, ya deberíamos estar lejos de aquí.
Lo que continuó a esa serie de preguntas me cortaría la respiración por unos segundos. Mi madre estaba ahí con los ojos muy blancos y cristalizados. La sangre de alguna persona estaba escurriendo desde su boca mientras me miraba con odio.
Con los ojos muy abiertos, alcancé una flecha y disparé a ese ser que ya no era mi madre. No entendía por qué sentía que ya había vivido este momento. Sabía exactamente qué hacer.
Antes de que la flecha le llegue, desperté.
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- ¡Agh! - Exclamé cuando mi cabeza dio contra la parte inferior del autobus donde dormía.
Si, sabía que no era el mejor lugar pero no me podía arriesgar a dormir dentro del bus, ya que su puerta estaba rota y en cualquier momento, una de esas criaturas podría entrar.
Ese sueño (pesadilla), llegaba de vez en cuando. Ya pasaron meses desde que vivi eso. Aún me estaba afectando.
Salí con cuidado de aquel peligroso escondite e hice un inventario mental sencillo. Llevaba conmigo una mochila verde, el arco de mi hermana junto a tan solo 12 flechas en el carcaj y una chamarra abrigada color negro que había encontrado tiempo atrás.
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The Walking Dead || A long way
FanfictionNovela basada en el mundo apocalíptico perteneciente a The Walking Dead.