Capítulo 4 | Extraños.

17 1 0
                                    

Ya no había luz natural en el cielo.

Me encontraba viajando con Alice a mi lado. Teníamos que apurarnos ya que no quería tardar más que la noche en llegar al campamento que nos mencionó Joseph.

La jovencita no había presentado ninguna objeción cuando le dije que iríamos a un campamento bastante lejos. En sus palabras, "no teníamos nada que perder en aquel peligroso cobertizo".

Lamentablemente no podía viajar a más de unos 30 kilómetros por hora, ya que las luces del auto estaban destrozadas. Era mucho riesgo subir la velocidad en el camino.

Alcé mi mano hasta la radio del automóvil de manera casi automática. Recuerdo que mientras aprendía a manejar, ponía algún disco en la radio y comenzaba a conducir en páramos vacíos para practicar. Cuando me di cuenta del gesto que había hecho, un disco ya había salido de la ranura de la radio. Este parecía ser uno grabado, ya que no tenía ningún título o artista en la cobertura. Puse el disco en la ranura y un sonido seco de leída se escuchaba levemente. Tenía la esperanza de que funcione bien y me sorprendí bastante cuando una canción comenzó a sonar.

Era una melodía bastante tranquila que hablaba sobre la magia de estar con una persona que amas. La guitarra, el bajo y la batería se combinaban de manera casi sutil y armoniosa. Hace bastante tiempo que no oía algo más que algún que otro gruñido y tener la oportunidad de escuchar una canción así me estaba llevando al borde de las lágrimas.

Cada verso de la canción era mejor al anterior y el coro era poesía con melodía. No recuerdo haberme enamorado de alguien tan profundamente, pensé, no podría escribir canciones de este estilo.

Las horas pasaban y el disco hacía sonar una y otra canción. No quería despertar a Alice. Dentro de mí sabía que tal vez, esta noche podría ser una de las únicas en las que ella podría descansar correctamente sin preocuparse demasiado.

El sol ya iluminaba levemente el cielo cuando Alice despertó.

- ¿Ya llegamos? - Me preguntó con un tono aún cansado.

- No. Pero no tardaremos en hacerlo. Ya deberíamos estar cerca. - Le respondí, aún mirando el camino.

Había salido de la ciudad ya hace unos minutos. Según la instrucción de Joseph, tenía que seguir en la carretera hasta una curva bastante pronunciada y en lugar de seguirla, tenía que pasar por un improvisado camino de tierra, rectamente.

Mi padre me llevaba a un pueblo cuando era pequeño y el camino era similar. Recuerdo que él me pedía que cuando estemos cerca de la curva, le avise para que no gire. Siempre me había preguntado porqué me pedía eso cuando él también podía notar esa curva solo. Solo hasta antes de que se fuera, entendí que él quería que yo pueda llegar solo a algún lugar, guiando a otras personas para encontrar el camino a este.

Miraba a Alice y ella regresó a acomodarse en el asiento. No tardó mucho tiempo antes de que regrese a caer dormida y el sueño me llamaba a mi también. Por un segundo pensé en la posibilidad de estacionar el auto un par de horas para que pueda dormir y así, estar más alerta al camino. Antes de que terminara de analizar los pros y contras de esa idea, el auto comenzó a detenerse. ¿Acaso mis manos ya habían tomado la decisión por mi? ¿Era una señal del destino que me decía que descanse? No. Era la gasolina.

Estaba tan absorto en la música y en el camino, que me había olvidado por completo de aquel preciado bien.

Desperté a Alice moviéndole un poco el hombro y ella se retorció en el asiento.

- No, por favor no. – Dijo aún un poco dormida. – No me separes de ti. ¡Papá! – Después de aquel grito, despertó de manera brusca y respirando profundamente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 04, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Walking Dead || A long wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora