Era un día lluvioso. Lo cierto es que me encantaba. La lluvia caía y quemaba mi piel.
Poca gente caminaba por la calle. Solo había gente como yo, perdida. Sin casa. Buscando un hogar.
Mis auriculares con música opacaban cualquier sonido exterior.
Podía parecer un día cualquiera, y de hecho lo era.
Personas sin cara pasaban por mi lado. Cada quién sumergido en su mundo. Sin ser conscientes de lo que ocurría a nuestro alrededor. Sin ser conscientes de que quizás cualquiera de esas personas sin rostro podría ser la mano que nos ayudase a levantarnos.
La niebla nos envolvía como si de un abrazo se tratase. Aquel abrazo que todos susurrábamos pero que teníamos ganas de gritarlo.
Caminábamos sin rumbo, sin buscar la ayuda de aquellos rostros.
Caminábamos bajo la lluvia, buscando eso que todos buscan.
Caminábamos bajo la lluvia, buscando un fragmento de felicidad.
Pero simplemente, era un día lluvioso.
[Texto mío]