El Mañana

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La luz entraba por un pequeño ventanuco a metro y medio del suelo, era un día espléndido para salir a pasear aunque estuviese bastante atareado, salté de la cama y me dispuse a vestirme con el uniforme oficial que me habían regalado los soldados del conde por mi ascenso a "aspirante a escudero" pff... Vaya chorrada.
Antes de salir le di un último vistazo a mi nueva habitación. Era una habitación bastante poco acogedora, las paredes eran de piedra y durante todo el día se notaba muy fría. La cama, de madera con un colchón de paja, estaba justo a la  derecha de la entrada y enfrente se podía ver un escritorio bastante anticuado. Un pequeño armario se encontraba a la izquierda de la puerta, y la chimenea, casi siempre apagada, al fondo.

Ya vestido con el reluciente uniforme y listo para empezar el día salí de mi habitación que por suerte se encontraba en la torre oeste de los aposentos del conde. Lugar desde el cual se podía ver todo el lago que bañaba las orillas de las tierras de Danidu.
Bajé corriendo al patio de armas ya que por lo tarde que era tendría que llegar lo más antes posible, y allí me encontré a Flanagan.

Es verdad que lo conocía desde hace poco tiempo pero siempre nos llevamos genial.
El era un chico un poco desaliñado, era bastante alto, con muy buen físico y siempre le ponía muchas ganas a todo lo que hacía, su cara era una mezcla de pubertad y pedofilia [jaja lol xd] seguía teniendo espinillas por toda la cara y además un bigotillo muy sospechoso, pero se le quiere igual.
Siempre estaba de coña y muy simpático aunque cuando le daban ralladas era inaguantable (también si se pone pesado con cualquier coña).
Le encantaba jugar al ajedrez [digo esto por la cara xd, había que ponerlo] y al enebea.

ENEBEA, concepto: Juego de pelota que consiste en hacer pasar el balón por un aro, paralelo al suelo, que está colocado sobre un tablero perpendicularmente.

[Vaya, que le gusta el baloncesto]

Él dice que tiene como novia o algo así, pero yo no le creo. A los aspirantes a un cargo de importancia no nos está permitido ya que el gobierno pretende que nos centremos lo máximo en nuestra labor. (Por cierto, yo le llamo Fran aunque todo el mundo le dice Flanagan, no se por qué.)

-Hola Juanfro, que tal te has despertado hoy, supongo que estabas nervioso no?- dijo
-Bueno a ver, un poco si tío, me gustaría ver que comandante nos asignan. Ya sabes que solo puede quedar uno, Fran.
-Si
-Si
-Si
-Vale crack
-Venga mostro
-Ok jefe
-Claro, figura
En ese momento entró la sargento Sheila. Seguramente y por desgracia sería nuestra tutor.
No se apiadaba de ningún alumno y gobernaba con mano de hierro.

-Ala, nos ha tocado una tía buena, Juanfri- me susurró Fran
-SILENCIO! PONEOS FIRMES Y PREPARAOS PARA UN DUELO! Quiero ver vuestra aptitud con la espada- ordenó Sheila

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