¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
» Extra 11: Padre e hija vs. Apuestas
ZAYN
Cuando Emma me menciono que me iba a quedar con Char a solas mientras ella pasaba un día de chicas con mis hermanas, jamás imagine que todo iba a estar tan tranquilo.
Charlotte había estado despierta durante dos horas, las dos primeras habían estado durmiendo y cuando despertó nunca lloro. Le di su tetero y ahora yacía en mi pecho mientras yo estaba recostado en la sala. Ella soltaba de vez en cuando sonidos parecidos a balbuceos mientras movía sus manitas regordetas, y es que aun después de seis meses ella seguía siendo gordita.
- Papá te ama. - susurre haciendo que ella me mirará con interés. - Siempre vas a ser mi princesita, mi bebé... Siempre te amaré... y siempre seré tu apoyo.
- Dadda. - susurro mi bebé sonriendo.
- Mierda, ¡¿Qué?! - exclame tan fuerte que los ojitos color miel –iguales a los míos –de Char se aguaron. - Oh no, no, no, no bebé.
Inmediatamente la alce meciéndola para que no empezara a llorar.
Cuando se calmó, la deje en el piso junto con sus juguetes y empecé a buscar como loco mi celular, una vez lo encontré llame a Emma.
- ¿Ya te cansaste de Char? - hablo mi esposa.
- ¡No! - exclame sonriendo. - Char dijo su primera palabra.
- ¿Qué? - exclamo Emma haciéndome reír. - Espero que haya dicho mamá.
- Para nada. - empecé a reír. - Dijo Dadda.
- Oh no. - lamento Emma. – Maldición.
- Recuerda dejar dinero para pagarme. - empecé a reír aún más haciendo que Emma gruñera y colgara.
- Pequeña Charlotte, acabas de hacerme ganar una apuesta y acabas de hacerme el padre más feliz del mundo. - dije mientras la alzaba y le daba un beso en su cachete.
* * *
Abrí los ojos cuando sentí el movimiento de la puerta principal. Charlotte se removió en mi pecho, pero aun si no dejo de dormir. La tome en brazos y con cuidado la apoye en la cama haciéndole barreras con las almohadas. Antes de ponerme de pie la puerta de la habitación se abrió y por ella se asomó Emma quien nos miraba con ojos tiernos.
- ¿Cómo les fue? - pregunte en un susurro mientras caminaba hacia ella.
- Genial, necesitaba este día. - susurro mientras pasaba sus brazos por mi espalda e inclinándose para darme un beso.
- Mi plata. - susurre haciendo que gruñera nuevamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.