Capítulo 3

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Dann

-¡¡Dann!!.- oigo que mi madre grita desde la sala, justo cuando estoy a punto de abrir la puerta de mi habitación. Maldigo para mis adentros y me dirijo a la sala.- Ven aquí.- dice sin voltear a verme pero sabiendo que estoy ahí.

-Cuando entras?.- dice volteando a verme esta vez

-El lunes, intentaba decírselos pero en cuanto llegué estaban centrados ahí.- dije señalando los papeles.- no quería interrumpirlos.

Realmente cuando mis padres están centrados en algo, odio interrumpirlos, no me gusta interrumpir a la gente.

-¿Y tu uniforme?.- dice mi padre

-En mi habitación.

-De acuerdo.- dice mi madre suspirando

-Ok, ahora, iré a la cocina, por algo de comer.- digo señalando a la puerta de esta

Entro a la cocina y veo que ya está recogida. Mi madre es un poco obsesionada con la limpieza y el orden, siempre me exige que ordene mi cuarto, o que mi padre no deje platos sucios en el lavaplatos, aun así la quiero. Viendo que en la nevera no hay nada, me sirvo algo de jugo y me siento en la barra. Miro un rato el celular y tengo un mensaje, no un whatsapp, un mensaje de esos que necesitas minutos de llamada para enviarlos. Es de la academia.- Má.- digo gritando hacia su dirección.- Dime pequeña.- dice anotando algo en una libreta.- Es un mensaje de la academia, dice que tengo que llegar el lunes a las 7:30..... a.m.- Me gusta levantarme temprano, pero, no me gusta levantarme los lunes, y menos si es un lunes.

Poco tiempo después decido llamar a Sandra para decirle que el lunes me iré. Dice que está de acuerdo, que con tal de que pueda comunicarme con ella, todo está bien, que encontrará a otra rubia-rojiza por ahí. Pongo los ojos en blanco y me quedo un rato hablando con mis padres, que ya acabaron de hacer lo que estuvieran haciendo. solo son las 4:30 cuando miro el reloj, aún es temprano, mi madre ya está preparando la comida. 

Termino de comer mi delicioso espagueti con albóndigas y me voy a mi cuarto. Creo que ya es hora de quitar algunas cosas de mi habitación, no entiendo por que lo hago si me quedaré en una escuela de policías durante unos años, bueno, merece la pena.

Desde mi tatarabuelo hasta mi madre, han sido policías, solo mi tatarabuelo y mi abuela han estado en esa escuela, pero mi madre hubiera deseado estar ahí, tradición de familia.





Un Amor InexistenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora