Capítulo 9

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Estoy en el aeropuerto desde hace dos horas, espero que Thom llegue de su viaje a Antofagasta, Chile. El me dijo que su avión ya estaba aterrizando pero no llega.

El condenado, se fue a un viaje con WIFI gratis y se fue todo el viaje enviando mensajes molestando me con lo que paso con Sammuel, dice que no va a dejar que se me acerqué,  no se si lo  dice en serio o solo por molestar porqué como fue por mensaje no supe diferenciar su tono de voz.

Como estaba metida en mis pensamientos no me di cuenta que gente comenzó a salir, pasaron unas diez personas hasta que vi un rostro que conozco a la perfección. Thomas.

- Mi hermana que más quiero - grito al verme.

- ¡El idiota que amo! - grite de vuelta.

- Bueno basta de insultos, ahora vamos a lo serio.

- ¿De qué hablas?

- De la niña que se besa con mayores o mejor dicho doctores -  dijo jalando mi oreja con una mano y con la otra su maleta.

- Auch, animal sueltame.

- No hasta que me expliques.

- Sólo eres mi mejor amigo, bueno mi segundo hermano pero eso no te da derecho a que me regañes ya mucho con Sebastian.

- Si ya fue mucho con el, tendrás peor conmigo.

-Si ya veremos eso.

-Vamos a mi casa.

-No puedo ¿recuerdas? estoy castigada.

- Yo le aviso.

- Si tu lo dices...

- Ya le envié un mensaje diciéndole que te mataré por lo del beso y el me dijo que no tardará.

- Traicionero.

- Te ama.

- Eso no lo dudo, pero le encanta hacerme sufrir.

- Eso sonó demasiado al estilo de Anastasia Stelee.

- Shhhh.

Luego de eso nos fuimos callados en el taxi.

Cuando al fin llegamos el puso su maleta en la entrada de la casa y se fue a la cocina, se escuchó como si estuviera buscando algo en sus gabinetes. Cuando salió llevaba algo en sus manos pero estas estaban detrás de su espalda por lo cual no me dejaba ver lo que traía pero esto no me trae nada de paz.

- ¿Te recuerdas hace años que hicimos una apuesta y el que perdía tenía que ser golpeado con un sartén?

- Esto no me gusta nada.

-Entonces solo queda una cosa por hacer.

- Así ¿cuál?

- ¡CORRE!

Santísima mierda, las piernas no me alcanzaban para la velocidad a la que yo quería llegar. Como pude salí de la casa, aunque se muy bien que el me va pisando los talones, la ventaja de el es que vive en un condominio y por lógica conoce las calles a la perfección.

Cruce la calle sin ninguna precaución y me di cuenta que fue un error cuando recibí algunos insultos, voltee a ver y se detuvo por el paso de los carros, dándome eso un hermoso espacio de ventaja.

- Hermosa, no huyas igual cuando logre atraparte seré casi igual que Cristian Grey con su castigo, ¿recuerdas? Ese de te pondré sobre mi rodia si vuelves a hacer esos ojos.

-Eres un pinche pervertido.

- Tranquila, habrá muchos cambios: como que no te veré ninguna parte que se que es prohibida, pero si te golpeare.

Luego de sus gritos acelere más la velocidad, no sólo por lo que me dijo si no porque también no me dejare ganar. Me metí en un callejón por accidente, trate de buscar salida pero yo de estúpida firme mi propia carta de muerte.

Trate de buscar un escondite, revise todo el panorama y solo encontré una rata, un basurero y cajas. Creo que la mejor opción son las cajas, fui e intente esconderme pero no logre mucho.

Cuando comencé a salir, fue justo cuando el llegó.

- Creí que te escondias mejor.

- Creí que me amabas.

- Enserio no has oído ese famoso dicho que dice " el que te ama te aporrea"

- No.

-Genial, te lo presentaré - dijo acercándose a mi pero por cada paso que el daba uno que yo me alejaba - No huyas estas atrapada.

- ¿Te das cuenta que suenas como un psicópata?

- Puede, pero te prometo no hacerte daño.

- Aja y mi papa es Obama.

- Eso ya lo veremos.

De la nada el corre hacia mi y me sube a su hombro

-Vamos señorita creo que usted merece un gran regaño.

- Ahí van otra vez.

- Es tu culpa, quien te manda a besarte con tu doctor.

- Creo que eso que hice es algo que nunca se les va a olvidar.

- Nunca. Pero tranquila  sólo te regañaré.

- ¿No me ibas a pegar?

- No ese sólo era tu castigo.

- No entiendo.

- Tu castigo era correr veinte cuadras.

- ¿QUÉ? ¿Tanto corrí?

-Pues no pero haste la idea, pero ¿ves? Creo que te voy a perseguir con un sartén en mano más seguido, tal vez así haces más ejercicio.

- Pudrete.

- Bueno ahora quiero pedirte un favor.

-  ¿Cual?

- Ayúdame a pedirle a Dani que sea mi novia.

*-*-*-*-*-**-*-*
Editado.

El es MI doctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora