MARTES 5

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Se despierta, la luz de la mañana es muy clara para ser un día de invierno, se mira en el espejo que tiene en frente de su cama, se fija en que su pelo está más alborotado de lo normal, pero no le importa, piensa que así parece más interesante.

Mira el reloj y ve que aún tiene una hora para prepararse, así que lo hace sin prisas. Se dirige al baño, se desnuda y entra en la ducha, le sienta bien el agua calentita rozando su piel aun fría de la mañana.

Cuando sale del baño les viene olor a tortitas con caramelo y se le hace la boca agua, se viste deprisa con una camisa azul y unos pantalones vaqueros de color negro. Al llegar a la cocina su madre le sonríe sinceramente, él se acerca y le da un beso en la mejilla.

- Te has despertado pronto Juan – dice Mauricio, su padre.

Villamil le mira y le devuelve una mirada burlona y le da un beso en la mejilla, acto seguido se sienta a su lado y su madre le sirve un plato enorme de tortitas. Él lo mira con ojos como platos y la boca se le hace agua, en seguida empieza a atacar el plato casi sin respirar.

Cuando acaba lleva el plato al fregadero y limpia su plato y el resto de vajilla que había. Acto seguido se dirige al salón y se sienta en el sofá, no dan nada bueno en la tele a estas horas, así que se limita a cambiar de canal a ver si encuentra algo que valga la pena ver. Pero al final deja un canal cualquiera de videoclips de música, está sonando "la bicicleta" de Carlos Vives y de Shakira y Villamil no puede evitar cantarla, es muy pegadiza incluso se mueve un poco en el sofá en un intento de bailar la canción. Cuando acaba la canción Villamil se ríe de el mismo y da las gracias de que ningún miembro de su familia este presente para verle.

Va a apagar la televisión, pero para en seco cuando empieza a sonar "como te atreves". Esboza una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa de orgullo. Ha estado sonando por todos los medios durante todo el verano y han tenido que ir de gira por aquí y por allá, pero todo el esfuerzo les ha traído recompensas. Mira la hora y decide que ya es hora de irse a la universidad. Mira el móvil y ve un mensaje que Alejo, donde le pide que por favor vaya a buscarlo a casa para que le lleve a la universidad ya que él no tiene coche. Villa le envía un mensaje diciéndole que se prepare ya que va para allá.

Lo ve salir del portal, tiene mala cara, desde ayer que está un poco apagado. Alejandro entra en el coche.

- ¿Cómo lo llevas? – pregunta Villa.

- Bien, con mucho sueño – dice Alejandro con una sonrisa no muy convincente.

- ¿seguro? Desde ayer que te veo un poco plof, de bajón. –

- La promoción y las fiestas que van a acabar conmigo – dice un poco más animado.

El camino hasta la universidad se hace ameno y divertido, ambos hablan de todo un poco y Villa consigue levantar el ánimo de Alejo.

Salen del coche y Alejo se despide diciéndole que no le espere para regresar a casa, ya que el saldrá un poco más tarde y se las apañará. Se dan la mano y Alejandro desaparece entre la multitud de alumnos.

Las clases han pasado muy rápido y Villamil se dirige al aparcamiento de la universidad para coger su coche, cuando va a abrirlo las llaves se le caen al suelo, las recoge, y cuando se levanta a su lado hay una anciana y Villamil pega un grito agudo, da un salto del susto y las llaves se le vuelven a caer al suelo. La anciana le coge de la mano.

- Vas a dejar que la mala suerte entre por tus ojos. – dice la anciana.

- Señora, ¿quiere algo? – pregunta Villa.

Mil tormentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora