JUEVES 7

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Hoy no tiene clase por la mañana, así que decide coger el coche y aprovechar para hacer unos encargos que tiene pendientes. El día promete lluvia, así que coge el paraguas. Una vez dentro del coche se estremece del frio y pone la calefacción con urgencia.

En la radio tiene puesta las noticias y las va escuchando, están diciendo que las FARC ha decidido entregar las armas a la ONU y sonríe al escuchar la noticia, es un avance para Colombia y para el mundo, Juan Pablo siempre pensó que los extremismos tanto de izquierda como de derecha nunca son buenos y las FARC es un grupo de izquierda muy radical armado que puede hacer mucho daño no solo a Colombia, si no a países fronterizos como Venezuela o incluso a toda Latinoamérica.

Por fin llega al centro comercial, se dirige al parking de este y tiene mucha suerte ya que hay muchos sitios libres donde puede dejar el coche. Elige uno que está cubierto por un pequeño techo metálico.

Coge su abrigo y cierra el coche, se dirige a la puerta del centro comercial y no puede evitar fijarse en una chica de la entrada, no debe de tener más de 17 años y es muy guapa. En lo primero en lo que se fija es en sus grandes ojos verdes como las esmeraldas y en su largo cabello rubio que le llegaba hasta el fondo de la espalda, la chica estaba apoyada en la pared al lado de la entrada con un cigarrillo en la boca, iba vestida con una mini falda roja y un abrigo negro que le resultaba familiar.

Isaza no le quitó los ojos de encima hasta que entró dentro del recinto. Una vez dentro se fue directo a la tienda de instrumentos ya que tenía que comprar un par de cuerdas de repuesto y unas púas para el concierto que tienen mañana.

Al salir de la tienda había una señora mayor delante de él que caminaba un poco lenta y con un bastón que le obligaba a ir a su paso. Isaza se desespera ya que, aunque no tiene prisa le molesta un poco ir a ese paso, la señora que está delante al darse cuenta se gira y se para obligándole a él a parar. Le mira a los ojos y negando con la cabeza le dice:

- La mala suerte ya corre por tus ojos – dice la anciana.

- ¿perdone? – contesta Isaza.

La anciana empieza a caminar y se mete en una de las tiendas mientras Isaza con los ojos como platos ve como desaparece la señora.

Ya es casi medio día y él está muerto de hambre así que decide ir a un restaurante de comida rápida a comer. Tiene suerte ya que la cola del restaurante es muy corta y solo tiene a unas tres personas delante. Cuando llega su turno pide una hamburguesa doble con queso y una cerveza y va directo a al primer asiento libre que hay en el restaurante. Se sienta en un sofá pegado a una de los grandes ventanales del local donde hay más mesas contiguas pegadas a penas a escasos cinco centímetros una mesa de la otra.

Isaza le da su primer sorbo a la cerveza cuando ve entrar por la puerta del local a la chica de la entrada y se pone tan nervioso que se tira parte de la cerveza en la camisa. La chica no puede evitar fijarse en lo que acaba de pasar y se ríe, dejando entrever una dentadura perfecta a los ojos de él.

Una vez ha pedido la comida, la chica se sienta en una mesa contigua a la de Isaza y empieza a comerse una hamburguesa. Isaza no le puede quitar los ojos de encima y piensa que es una de las chicas más guapas que haya visto jamás, así que empieza a comer más lento para prolongar su estancia en el restaurante.

Se acaba la hamburguesa y decide que va a hablar con ella.

- Hola ¿me puede pasar la salsa de tomate? – pregunta Isaza.

- Claro, ¿para la cerveza o es que te gusta comértela así sin más? – responde ella riéndose.

- Me has pillado, es que no sabía cómo romper el hielo- responde sonrojado.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2016 ⏰

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