Capitulo 17.

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Cuando me desperté sentí que mi cabeza daba vueltas aunque me sentía bien, era como si hubiese dormido tres días o así, me incorporé lentamente y me dí cuenta de que Eugenia no estaba conmigo, lo cual no me extrañó ya que ella es muy madrugadora. Mepuse mis pantunflas mi miré el reloj, ¿¡las dos!? Me sobresalté, fui a mi armario y elegí unos vaqueros largo con algunos lugares rotos, me puse una camisa de cuello en pico color blanco y encima un jersey con una cruz negra en el medio. Me quedé pensando en el calzado y acabé decidiendome por unas botas militar color negro con cordones. Fui a mi tocador y me maquille con eyeliner y dandome un poco de color en los labios en un tono rojo oscuro, cuando acabé me miré al espejo y recordé lo que había pasado ayer... ¡Harry! Del susto me caí de la banqueta del tocador al suelo provocandome un dolor en el culo que hizo que pensase que me lo había partido.

- ¡______! - una voz masculina me llamó y la puerta de mi habitación se abrió, por favor que no fuese...

- ¿Fran? - no podía creerlo - ¡Fran! - me incorporé lo más rápido que pude y salté hacía él.

- Vaya, no me esperaba este recibimiento - su risa enseñó su perfecta dentadura.

- ¿Cuando has vuelto? - me separé de él lentamente mientras apoyaba todo mi peso en una pierna y le miraba, ¿Fran?.

- Volví ayer por la tarde, pero supuse que no estarías asi que decidí venir hoy.

Fran, Francisco Lachowski para los demás, había sido mi vecino y amigo de infancia desde que tengo uso de razón, hace tres años que se fue a Australia con su familia y desde entonces no había vuelto a saber nada de él, al chico que yo recordaba era un chico dulce y alegre, el cual era un poco bajito para su edad, no estaba desarrollado y usaba unas gafas que tapaban sus preciosos ojos color miel, que iba a mi mismo colegio aunque un curso avanzado y ahora...

- ¿Qué te pasa _____? ¿Te ha comido la lengua el gato? - preguntó en tono burlón.

- Nada esque... Guau Fran has cambiado muchísimo, ahora estas... ¡Ahora estás tremendo! - comencé a reirme mientras él se sonrojaba.

- Y tú sigues igual de directa... - comenzó a tocarse el pelo en un tic nervioso - Bueno, sólo venía a decirte que he venido y que María está aquí tambien.

- ¿¡María!? 

Bajé corriendo las escaleras esquivando a Fran y me dirijí a la casa vecina, la cual llevaba apagada tres años, subí los escalones principales y comencé a llamar al timbre de forma frenética hasta que una chica abrió la puerta.

- ¿______? - en cuanto la ví salté a abrazarla con lágrimas en los ojos, cómo la había echado de menos joder, todo iba bien hasta que me dí cuenta de una cosa... ¿Por qué ella no me abrazaba? Levanté la cabeza y busqué sus ojos con la mirada donde ví que las lágrimas tambien estaban brotando, pero no eran lágrimas de alegría sino de enfado. MAría sacudió su oscura melena y me apartó bruscamente - ¡Ni una llamada ______! ¡He estado tres jodidos años fuera y ni una puta llamada! ¿Y ahora vienes aqui de amiguita haciendo que te importo?

- María... - sus ojos me miraban con un desprecio que sólo había experimentado con Niall.

- No quiero que vuelvas a esta casa, no mientras yo esté en ella - me volvió a mirar y juro que esa mirada se me quedará grabada toda la vida, volvió a sacudir la cabeza y cerro la puerta de un portazo.

Mis piernas comenzaron a temblar, ¿de verdad acababa de pasar esto? Acababa de perder a la única persona que verdaderamente me importaba ¿y que hacía yo? Quedarme quieta enfrente de la puerta sin poder moverme, ¿por qué no la habría llamado? Porque creía que no iba a volver, sencillamente por eso. No podía estar pasandome esto a mi, no podía ser, mi vida hacía unos meses era jodidamente perfecta, ¿y ahora? Ahora soy una puta niñata que no para de lloriquear por cada putada que le hacen. No, no iba a permitir eso, levanté la cabeza y me ví reflejada en una de las ventanas de la casa, no, la vida era muy puta y la única forma de sobrevivir a ella es ser aún más puta, asi que a partir de ahora, juro que sólo me encargaré de mi misma y mi felicidad, y si eso conlleva a que deje a personas de lado que así sea. 

Cuando volví a casa Fran no estaba, mejor, no quería verle en este momento. Descolgué el telefóno y llamé al hospital.

- Buenos días, Hospital Saint Thomas, ¿en qué puedo ayudarle? - una voz dulce y femenina respondió a la llamada.

- Querría contactar con Harry Styles.

- De acuerdo, espere un momento a que pase la llamada.

- Gracias - respondií sin mucho intusiasmo.

- ¿Hola? - una voz ronca familiar contestó tras varios segundos de espera.

- ¡Harry! - una sonrisa se pintó en mi cara.

- ¡_____! Pensaba llamarte en cuánto saliera del hospital, estaba preocupado por ti.

- ¿Eres imbécil? ¡Eres tú el que está ingresado en un hospital! Soy yo la que tengo que disculparme, pero no he podido ir al hospital... Está noche trataré de ir.

- No hace falta cariño, ya me han colocado la costilla y mañana me dan el alta, aunque no podré ir al instituto en un mes o así.

- ¿De verdad? ¡Eso es fantástico! - hice una pausa - Digo lo de que estas mejor y lo del alta...

- Comenzó a reirse y su preciosa risa se vió interrumpida por una serie de toses que hizo que me estremeciera - Lo suponía... Entonces, ¿mañana te veré no?

- Te lo prometo Harry, ¡por cierto! Fran ha vuelto.

- ¿De verdad? Genial, tenía ganas de volver a ver a ese gay - hizo una pausa mientras volvía a 'reirse´ cuando soltó la frase maldita - ¿Y María? ¿Tambien habrá vuelto no? 

-........

- ¿______? - la frase había hecho que las lágrimas intentaran volver a brotar pero me mirñe al espejo y recordé la promesa - ¿______ estás ahí?

- Si, ¿dónde creías que me había ido tontorrón? - intenté desviar el tema - Bueno... Tengo que colgar Harry, mi madre me llama. - me dirgía a colgar cuando Harry me sobresaltó.

- ¡______! 

- ¿Si? 

- Te quiero - Y por primera vez en todo el tiempo que llevaba con Harry me costó darle una respuesta.

- Y yo Harry... Besos. 

- Besos.

Cuando colgué el teléfono me quedé pensativa, ¿por qué me había costado decirle te quiero a Harry? A lo mejor se debía aun... Desencadenante... Las palabras de Maika se me clavaron en mi cerebro como dagas. ¿Y si el problema de mi cambio de vida había sido Niall? Pues entonces es fácil... Tendré que eliminarlo.

El Nerd. [Niall y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora