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~Capitulo 5

¿Cuántas veces había deseado en secreto a un hombre entre sus piernas? Un grueso pene que abriera su vagina virgen y lo llenara de semen caliente ¿Cuántas veces había imaginado el tacto, olor, sabor del cuerpo duro de un hombre? ¿Con qué frecuencia se preguntaba qué se sentiría derramarse y qué la penetraran? Y ahora iba a conseguir su deseo, sólo que en lugar de un hombre sería sometida a cientos de personas. Mejor debía matarse ahora antes de que muriera de humillación y dolor.

Mientras ________ buscaba en el estrecho y sucio cuarto de baño algún instrumento de auto-destrucción, oyó una voz que venía desde el otro lado de la delgada pared. Al principio pensó que era Gordo Sam, pidiendo que saliera y para que sirviera a su primer cliente, o tal vez sus primeros veinte, pero para su alivio pronto se dio cuenta que la voz era más ligera y más culta que la del dueño del sucio burdel.

- Por favor, mi señor está en una desesperada necesidad. El tiempo de su cambio se acerca y una mujer tiene que aplacar su sed.-

- No, no voy a enviarle más a mis chicas - La voz del Gordo Sam era truculenta - Ya he enviado a tres y no he visto a ninguna de regreso y es lo mismo en todo el distrito. Sé muy bien que Sal del Palacio del Coño no le va a vender más y estoy bastante seguro de que ninguna de las otras casas están tampoco interesadas. No vale la pena el precio, incluso si su oferta es de trescientos créditos.-

- Entonces voy a duplicar el precio de mil seiscientos créditos por una de sus chicas - La voz fuerte y culta suplicaba.

Los oídos de ________ prestaron atención.

Seiscientos créditos era la suma exacta que el Gordo Sam había mencionado que su tío le debía ¡La misma suma por la que había sido vendida! Con cuidado de no hacer ruido, abrió un poco la puerta estrecha y se asomó con cautela. El hombre que usaba un uniforme azul oscuro adornado con rojo se paseaba por la alfombra sucia delante del escritorio desordenado del Gordo Sam. Parecía algún tipo de funcionario de gran categoría y cuando se volvió hacia ella, ________ alcanzó a ver una insignia de color rojo y negro en el pecho de su chaqueta. Era un escudo de armas de algo, estaba segura, aunque no era como ninguno que hubiese visto en la Beta Seis.

- ¿Por qué la chica que quiere tiene que ser de aquí, de todos modos? - Gordo Sam gruñó, obviamente, listo para que su visitante se fuera - Hay un montón de prostíbulos alrededor de la galaxia, un montón en Rigel Nueve de dónde vienes. No tienes que estar regresando a Beta Seis o al barrio Estrella Roja para conseguir una chica que satisfaga a tu amo, quien quiera que sea.-

- ¡Pero debo! - El hombre hizo un gesto con agitación - Es parte de la profecía. Sólo una chica proveniente de dos estrellas rojas alineadas en el sexto planeta desde el Sol Beta puede ayudar a mi amo.-

¿Dos estrellas rojas alineadas? _______ se mordió el labio, pensando mucho. El Sol Beta sí era una estrella gigante roja y sí estaba en el distrito de Estrella Roja, suponía que tenía sentido ¿Pero por qué el hombre de uniforme azul estaba tan desesperado por llevarle una chica a su amo que incluso estaba rogándole al Gordo Sam por una de sus prostitutas?

- No sé de lo que estás hablando y tampoco quiero saberlo - Gruñó el dueño del burdel - Lo único que sé es que no tengo nada para ti.-

- Oh ¡Sí lo tiene! - Apenas sabiendo lo que estaba haciendo, ______ se encontró saliendo del pequeño cuarto de baño y caminando hasta el criado de uniforme azul.

Su mente había estado trabajando con rapidez mientras escuchaba la conversación y, aunque las matemáticas nunca habían sido su tema, la aritmética era evidente. Si estaba condenada a una vida de sumisión forzada, por lo menos hasta que cumpliera los veintitrés años, al servicio de un hombre, no importaba quién fuera él, era infinitamente preferible que servir a cientos.

- ¡Ah, qué bonita! - El siervo sonrió con gusto hacia ella y se dirigió al Gordo Sam - ¿Quién es esta encantadora criatura? Esta realmente por encima de lo habitual de tu personal.-

- Es mi última adquisición, amigo, y no está a la venta. Voy a hacer un montón de créditos con ella en los próximos diez meses, así que no la enviaré con gente como tú.-

- Pero seiscientos créditos, era el precio que mi tío le debía - Declaró ______ - Y usted dijo que no le había pagado en meses por lo que era una deuda pendiente ¿No sería mejor tener todo ese dinero en sus manos ahora, junto, en lugar de esperar a que yo de nuevo haga… Para ganarlo? - Apenas podía forzar las palabras, pero sabía que esta era su única oportunidad para escapar. La tenía que tomar.

Gordo Sam frunció el ceño.

- Mi objetivo es hacer mucho más que seiscientos créditos vendiendo ese coño virgen tuyo, chica – Gruñó - Así que no trates de hablar dulcemente para salirte del trato. Me perteneces y voy a hacer que mi dinero valga.-

- Mil doscientos créditos - La voz del criado fue baja y seria - Seguramente no puedes dejar pasar esta suma, señor. Se trata de un insólito precio por una sola noche con una dama de la noche... ¿Qué dice?-

¿Sólo una sola noche? La mente de ________ se tambaleó ante la idea. Así que ¿Podía estar libre de esta terrible obligación de servicio por una noche? Por supuesto, el convento no la querría después de que su virginidad se hubiera ido, pero estaba segura de que podría encontrar alguna manera de hacerse camino en la galaxia una vez que fuera libre. Miró al sirviente de uniforme azul con agradecimiento y se prometió a sí misma que no importaba lo que su amo pareciera, iba a hacer su mejor esfuerzo para servirle. Pero las siguientes palabras de Gordo Sam destrozaron su felicidad.

- Sí, una sola noche de la que nunca vuelven - Se burló él - Pero, bueno ¿La quieres? Puedes tenerla… Mil doscientos entonces y sin devoluciones.-

- En realidad no. Creo que esta doncella es exactamente lo que mi señor requiere y el precio lo vale - El siervo le sonrió a ella de nuevo pero esta vez ________ no fue tan rápida para devolverle el gesto.

De pronto se preguntó qué había pasado con todas las otras chicas que habían pasado la noche con su misterioso maestro.

¿Y qué iba a ser de ella?

Domando a la bestia; lynchWhere stories live. Discover now