Capítulo 5

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Habla Isabela Nori:

Esa noche llevaríamos a Haru hasta la ciudad subterránea.

-¡Buenas Is!- grito al final de la calle mi compañera. Había llegado justo a tiempo.

-Hola Haru- la salude cuando se juntó con nosotros -Este es Urs- le presenté a mi amigo el cual parecía distante, mirando a la nada.

-Hey Urs, vuelve al planeta Tierra ya ¿No?- bromeé.

-Oh si, disculpa Haru- le estrechó la mano -Bueno va siendo hora de reunirnos con Milo, venga Rápido- nos dirigimos al cementerio y logremos colarnos escalando por el muro medio derruido de este.

Urs intentó abrir una de las puertas de la cripta por la que entrabamos normalmente, y caminamos por un túnel, a la ciudad de los monstruos. 

-Por cierto ¿A dónde lleva esto?- preguntó Haru detrás de mí.

-Hasta el Underground, la antigua ciudad de los monstruos que aún sigue siendo habitada- le narré antes de que mi compañero soltase ni una palabra. Este se vió un poco molesto, era tan adorable cuando se enfadaba ^^

-Ya llegamos- dijo él señalando al fondo de una gran sima.

-Cielos, jamás pensé que existiera algo así- comentó Haru sorprendida. Pensé en la primera vez que vi aquella ciudad, hace unos años cuando vivía junto con el resto de ghouls formando un clan.

Andamos por aquellas desoladas calles de estilo gótico. De vez en cuando se podían apreciar barullo en algunos bares donde el humo de los cigarros hacían el interior de estos completamente nublado.

-Aquí es- Urs se paró frente a un salón de juegos llamado Makie's Bar.

-Debe estar jugando al billar, seguro- deduje, ya que casi siempre que podía verlo en este lugar, estaba colocándose para hacer un buen tiro.

-Menos mal que no apostaste- escuché la voz de Milo a pocos metros de la entrada, ese día estaba jugando al poker.

-Subo diez- habló el único humano de la mesa.

-Te veo confiado Looke- Milo se dirigió al humano -Con el dinero que ganes de aquí, pagarás la deuda que tienes ¿cierto? - 

El tipo llamado Looke se veía nervioso, con ganas de terminar -Es tu turno- contestó sin mantener contacto visual-

-Oh claro- antes de que nadie pudiese impedirlo, Milo acuchilló a ese hombre tres veces, tirándolo violentamente de la silla. Mis instintos se dispararon y me abalancé sobre el hombre herido que ahora agonizaba para que parase de devorarlo.

-No, ¡noooo!- gritaba este. El resto del personal del bar hacía oídos sordos, lo que facilitaba mi almuerzo de aquella noche.

-Me retiro-Milo dejó sus cartas sobre la mesa y se llevó lo que había ganado que no eran más de 30 euros.

Cuando terminé de comerme al humano, tiré la ropa de este y lo que quedaba de él a un contenedor al salir del local. El resto del grupo me esperaba adentro, en una sala especial de reuniones que Milo había tomado prestada.

Cuando tomé asiento junto a los demás el jefe empezó a hablar:

-¿Sabéis por qué lo maté?- preguntó clavando su fría mirada en nosotros.

-Era el único humano, y como nuestro jefe es tan bueno lo mató para alimentarme- dije atropelladamente.

-Isabella, por favor llámame por mi nombre- no pudo evitar reírse Milo.

-Era un dectective- interrumpió Haru con una seriedad muy poco habitual en ella -¿Lo enviaron los padres de Marinette verdad?-

-Premio- el jefe juntó sus manos contento -A parte, ninguno de los que estábamos allí lo quería merodeando por la ciudad-

-Bueno, dejando eso de lado ¿Por qué nos citaste esta noche?- interrogó Urs, por el tono en el que lo dijo no parecía fiarse de Milo.

-Tan solo os llame para que nos conociéramos más, y también para enseñarle a Haru como funcionamos aquí- hizo una pausa y se cruzó de brazos -Ustedes dos son nuevos aquí y es normal que tengan preguntas como ¿Por qué os elegí? o ¿qué tenéis que hacer en mi empresa?- señaló a Urs y a Haru.

- pero antes quiero dejar claro algunas cosas- buscó entre los papeles de un cajón de la mesa      -Urs ¿Qué monstruo eres en realidad? por qué según la información que logré sobre ti, no te enlaza con ninguna especie conocida- soltó un montón de papeleo sobre la mesa.

Pasaron unos largos y incómodos segundos hasta que contestó -Soy un demonio atrapado en este cuerpo, que como ves es un muñeco muy realista- intentó suavizar su rabia sonriendo ligeramente.

-Que mal, pero no te preocupes, borraré ese kanji que te mantiene ahí encerrado- Al decir eso, Urs se tapó aquella letra japonesa que había en su cuello, era un tatuaje de tinta negra, pero la tinta con el que se lo dibujaron parecía más oscura de lo normal, sin dudas no se trataba de un tatuaje común.

-Esta bién, aquí acaba la reunión. Urs puedes por favor acompañar a Haru hasta su casa. Me tengo que quedar hablando con Isabella un momento.

No pude evitar encogerme en el sitio.

-Claro no hay problema- se despidió mi amigo marchándose junto a Haru. Cuando en la sala solo quedábamos él y yo, empezó a hablar:

-Debes olvidar tu pasado ya. Nadie es tu jefe ahora- me dijo muy seriamente.

-Lo siento Milo- no pude evitar recordar aquellos tiempos en los que era una cría de unos seis años que vivía junto a su madre y otros ghouls. Antes todos eramos buenos vecinos. Pero desde que la comida empezó a escasear (osea humanos) nos vimos obligados a empezar a conseguir la comida por métodos más... caníbales...

//FLASHBACK//

Una de aquellas mañanas me desperté al escuchar a mi madre gritar. Rápidamente me levanté de mi cama improvisada y corrí por todo el pasillo del convento abandonado, hasta llegar al lugar del que provenían sus gritos. Mi madre estaba siendo devorada por otro ghoul del clan, al oler su sangre mis instintos de depredador salieron a la luz. Noté como mis ojos se volvían mas rojos y como mis manos se alargaban convirtiéndose en dos temibles garras.

-Debes estar hambrienta- dijo el asesino de mi madre con toda la boca ensangrentada -Toma- me lanzó un pedazo de carne de mi progenitora. Llevaba días sin comer nada, así que accedí a su oferta, por muy culpable que me sintiera. 

-¿Cómo te llamas niña?- me preguntó el guardando el cuerpo en el maletero de una furgoneta, que seguramente fuese suya.

-Isabella- contesté algo preocupada ya que mi madre no estaba allí para protegerme.

-¿No tienes apellido?- me siguió interrogando aquel hombre, su afilada mirada se clavaba en mí.

-Isabella Silva- respondí con la voz casi ahogada del miedo que sentí.

-Así que eras la hija de Nora- dio unos golpecitos al maletero para referirse a mi madre -Sabía que ella vivía en este viejo monasterio, pero jamás pensé que criara a una hija...- se quedó dubitativo por unos instantes -a partir de hoy... te llamarás Isabella Nori, vendrás conmigo a otro lugar lejos de este infierno. Tengo pensado empezar una nueva vida como cura- me extendió su mano- ven conmigo Isabella Nori. Prometo que cuidare de ti, ese será mi forma de compensarte por lo de tu madre... Por cierto mi nombre es Arno, pero puedes llamarme jefe.

///FIN DEL FLASHBACK///

-Se que él fue asesinado por la iglesia un año después- me leyó el pensamiento Milo -Yo no soy el padre Arno, ¿entiendes Is?-

-Si- respondí sin mostrar ninguna emoción en mi rostro
-Arno esta muerto al fin y al cabo- reí nerviosa, puede que jamás supere del todo el hecho de que ya no esté aquí.

Murder TaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora