Cuando me di la vuelta, vi un coche yendo a toda velocidad hacia Marcos, le iba a chocar... Y eso pasó, pedí ayuda inmediatamente, estaba desesperada y no sabía qué hacer.
Ahora, cinco horas después, me encontraba ya en el hospital, esperando que nada malo le haya ocurrido a Marcos.Le observé fijamente el rostro, era el chico más guapo de la clase, al menos para mí. Aunque no hablaba con mucha gente, me llevé bastante bien con él y nos hicimos buenos amigos. Pero ya desde hace tiempo sentía algo diferente, algo como.... ¿Amor?
Un rato después me entró sueño, intenté resistirlo pero era inútil. Y pensé:
-No creo que pase nada, solo es un ratito...
Y me dormí, estando a su lado. Tuve un dulce y profundo sueño, cuando ya llevé un buen rato me di cuenta de que estaba demasiado tiempo dormida, y me levanté muy apresurada. Segundos después, fui consciente de que algo irreal había sucedido.
Me levanté de una cama mediana, con un colchón muy blandito y cómodo. Podía ver una habitación ordenada y limpia, claramente no era el hospital, sino más bien parecía la habitación de un chico. Todo me resultaba familiar, seguí explorando un poco por la casa, y escuché la voz de una señora mayor gritando:
-¡Marcos, hijo! ¿Ya te has despertado?
Estaba abrumada, no sabía que decir. Dentro de mi cabeza solo había una palabra:
Marcos.