03

4.5K 695 693
                                    


No es que no lo supiera.

No es que sea ajeno a lo que está sucediendo.

Simplemente había llegado a la conclusión que ignorando todo lo demás que le traería una infinita infelicidad podría seguir viviendo de esta forma absurda hasta el final de sus días.

—Naruto...

Solo escuchando su voz.

—Por favor. —Rogó el mencionado.

Solo teniéndolo en frente en donde pudiese mirarlo. En donde no pudiese perderlo de vista nunca.

—Sasuke... Solo un poco más... yo... — Su voz había comenzado a quebrarse — No desaparezcas 'ttebayo... aún no... —Volvió a suplicar.

Sasuke, tan frío como siempre. Frío y alejado de él no hacía más que verlo con una expresión extraña que había comenzado a creer que era lastima, pues hace días que lo estaba viendo de esa forma.

Desde el momento en que comenzó a habituar el lugar buscándolo desesperado ya hace más de tres meses.

Dicen que un hábito o costumbre se crea en veinte a más días. Naruto necesitó menos que eso para que de forma inconsciente, como si fuese algo natural, su cuerpo lo condujera todas las noches al mismo lugar, con el propósito fijo en su mente y la cantidad de dinero dispuesta a pagar exacta en sus bolsillos.

Todas las noches, a las una con veinte minutos hasta las tres con cuarenta de la mañana, él, era inmensamente feliz y a la vez...

—Se te acaba el tiempo, Naruto.

Increíblemente miserable.

— ¿Por qué...? — Preguntó entonces sosteniéndose de la silla mientras apretaba los dientes con cólera y tristeza contenida. — ¿Por qué no puedo quedarme más tiempo? ¡Sasuke! ¡¿Acaso ya no soy un cliente especial o algo por el estilo?! ¡Vengo siempre a verte, 'ttebayo! —Le recalcó con la esperanza de que el moreno, quien con su distancia acostumbrada con la que parecía protegerse, le diese más tiempo para quedarse con él.

Se sentía tan idiota y avergonzado por estarle rogando al moreno siendo que en esa ocasión, como varias últimamente solo había ido a buscarlo con el propósito de conversar. Nada más.

Su corazón ya no se llenaba con solo verlo seducir mientras él mismo debía auto complacerse. Por dentro, y estúpidamente por la situación en la que se encontraban, deseaba mucho más que eso.

Le costó admitirlo al principio, pero ahora, si alguien le preguntase...

— ¿Y por qué vienes?

Lo mismo que Sasuke en ese momento que le tomó desapercibido y a la vez le puso nervioso de imaginar que el chico pudiese leer sus pensamientos, podría responder fácilmente que la razón era...

Que deseaba a Sasuke. Más que cualquier cosa en su vida.

Podría decírselo a cualquiera, menos, al que debería.

Se mordió los labios y se aguantó las ganas de responderle de forma sincera. Solo articuló de forma ruda. — Porque quiero verte...

Naruto creyó que nunca antes se había puesto tan nervioso como en esa ocasión. Sus ojos fijos a los negros del otro cuya expresión había cambiado a una de completa sorpresa haciéndole sentir ganador. Ah, se preguntaba cuántas personas podrían haber visto más expresiones en Sasuke como las que él había presenciado. Las que él había causado en esa hermosa cara de muñeca.

Sasuke no respondió.

Y la verdad no quería oír una respuesta tampoco. Solo quería tenerlo más tiempo allí, parado delante suyo, ¿Qué precio tendría que pagar para que su capricho fuera cumplido para siempre? Cualquiera que sea, estaba dispuesto a pagarlo.

VirtualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora