Un devon sorprendido y algo atónito me miraba incredulo, con una pizca de rabia.Un chorrito de sangre salió de su nariz.
—¿pero qué mierda?— llevó su mano hasta su nariz.
Devon miró a Alex que estaba a mis espaldas y tenia su mano en mi hombro, y luego me miró a mi.
Yo seguía mirándolo a la defensiva, lista para saltar a atacarlo en cualquier momento, si me daba alguna otra razón. Soy como un gato salvaje cuando me provocan.
Sonrió con sinismo y limpio su nariz con la punta de su polera, que al alzar, se notó su marcado abdomen. Después de una rápida mirada a su torso volví en razón y lleve mi mirada de rabia a Alex, que me suplicaba con pequeños apretones que nos fuéramos.
Suspiré y nuevamente mire al idiota.
—Esto no quedará así — agarré la mano de Alex y dí media vuelta.
—Te estaré esperando, gatita— Una fugaz mirada de odio dio fin a nuestra supuesta "pelea".
Arrastré a Alex conmigo hasta su auto, la solté y me desquité con un pequeño arbusto, pateé el follaje hasta dejarlo marchito. Seguro que el conserje no estaría muy contento cuando lo encontrase.
—Cálmate Zoe. Ya le reventaste la nariz a Devon y mataste las pobres plantas— me paré recta, retiré mi pelo hacia el hombro derecho y suspiré.
—Dime Alex, ¿como pasó lo de tu mejilla?— frunció los labios y bajo la mirada.
—Me pegó con su casillero— suspiró —Fue solo un accidente. Pero en vez de disculparse, se burló y me empujó hacia un lado—
—Lo mato!— Murmuré, y el pobre arbusto que yacía en el piso, recibió una última pisotada.
— Vamos, te curaré en la enfermería— le agarré la mano nuevamente, pero esta vez sólo bufó y me siguió el paso.
Alex me dejó en mi casa después de un largo sermón de porque no podía ir golpeando a todo el que le hacía daño, y que dejara de ser mamá osa. Pero por supuesto, lo seguiría siendo.
Había sido un largo y molesto día, lo único que me apetecía era una buena pizzacon mucho queso y una pequeña pero merecida ducha.
Miré entre mis cajones buscando el folleto que me habían dado hace unos dias, sobre una pizzería que inauguraron cerca de mi edificio. Finalmente después de perderme en tanto desorden lo encontré.
Llamé y ordené una grande de jamón deluxe y extra, extra queso.
—Tengo tiempo para mi ducha— miré el reloj de la pared, la pizza no llegaría si no hasta dentro de unos treinta minutos.
Cogí mi cabello en una coleta y me adentré en la regadera.
Después de unas canciones y un delicioso baño caliente, escuché el timbre de la entrada a través del ruido que hacía el agua al caer sobre el mármol del baño.
Salí a paso apurado de mi delicioso paraíso calentito y amarré una pequeña toalla al rededor de mi mojado cuerpo.
—¡Salgo en un momento!— grité esperando a que me escuchara y no se fuera con mi preciosa comida.
Agarré mi billetera de encima de la isla de la cocina y corrí sujetando mi toalla hacia la entrada.
Al abrir la puerta no supe si casi se me cae la baba o la toalla de la impresión.
La pregunta era: ¿Estaba bueno?
Pues sí y mucho.
Y ahí estaba Devon, con un sexy uniforme y una pizza riquísima en sus manos. Oh mierda.
¿Acaso estaba teniendo un sueño erótico?
—Woo!!!— y en ese momento me entró la pena, si, estaba prácticamente desnuda enfrente del idiota que había hecho llorar a Alex. Genial, eres una persona con mucha suerte Zoe. Realmente te felicito, seguramente en otra vida fuí la que mató a Jesús o a alguien similar para obtener este nivel de suerte suprema que me tocó en esta vida.
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Mi Ángel... ¿Tu?
Fantasy"Ella era la vida, y el era la muerte en forma de vida..." Ella nunca imaginó que alguien seria su paz y su perdición al mismo tiempo. Que su vida dependería al 100% de el; que al llegar las flores crecerían tan rápido como su amor, y que al marchar...