¡Él Es Mío! |Yuruuri/Viktuuri|

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—¡Quita tus manos de encima!— Me abalance molesto sobre el cano- digo el de hebras platinadas.

—¡¿Ehh?! ¿Por qué?— un hizo un pequeño mohín, mientras me esquivaba <<Maldito>> —También puedo abrazarte—.

—¡Ni hablar! solo quiero que quites tus inmundas manos de lo que es mío. M-Í-O ¿Entiendes, Nikiforov?—

—Ni lo sueñes, Plisetsky— Sonrió triunfante, besando la comisura de los labios del cerdito.

Esta es la guerra, Nikiforov. La GUERRA.

La extravagante risa de Viktor, resonó en toda la habitación.

Y el sonido sordo de algo caer captó nuestra atención.

Efectivamente... El cerdito se desmayó.

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Desde ese momento todo se volvió un caos, para la víctima; besos aquí y allá, toqueteos  cada vez que podían, el pobre Yuri no sabía que hacer. Si esto seguía así la cordura iba a perder.

—¡Es mío!—

—No, ¡Él es mío! Aléjate Nikiforov—. Jaló uno de los brazos de Yuuri.

—¡Ni lo pienses, Plisetsky!—

—¡Basta los dos!— Yuuri estalló.

Ahora sí, se jodieron los dos.

—Es mío — un tercero a lo lejos exclamó.