1 MES ANTES

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Tao caminaba por la Universidad sin saber exactamente que hacer. Hace meses que consideraba la posibilidad de formar junto a sus amigos una especie de "Resistencia" a La Purga. Todos estaban conscientes del peligro al que estarían expuestos pero querían hacer algo por su país y La Purga era la primera cosa que estaba mal en su sociedad.

Las personas que creían que La Purga era la solución a la violencia estaban totalmente equivocados, si bien el porcentaje de crimen había bajado considerablemente, La Purga no era más que una forma de ocultar lo que realmente pasaba, servía para que el corrupto gobierno que los regia acabara con personas pobres y vulnerables pero sobretodo inocentes que les representaban un estorbo económico a los políticos.

Intentar desenmascararlos públicamente definitivamente no era una opción, terminarían muertos mucho más rápido que en La Purga, por lo cual habían decidido utilizar un método mucho más discreto. Y por supuesto, matar el día de La Purga no era algo que realmente llamara demasiado la atención.

Tao sabía que tal vez esto era demasiado atrevido pero no tenía opción alguna, sus padres habían muerto cruelmente asesinados años atrás en una depuración y claramente nadie había hecho nada en contra de los culpables. Conocía muchos casos parecidos al suyo y sabía que alguien tenía que hacer algo para detener la locura que se llevaba a cabo año con año.

Sin darse cuenta sus pies lo llevaron al punto de reunión de 'los chicos de la resistencia' y supo que era demasiado tarde para volver atrás cuando oyó el saludo de su líder.

"¡ZiTao! Por aquí"- grito el coreano mientras agitaba la mano.

Avanzó unos cuantos metros más acercándose lentamente a sus amigos.

"Hola Junmyeon hyung"- saludo amablemente al que él llamaba su hyung favorito.

"No seas tan formal, te he dicho mil veces que me llames SuHo"- reclamó infantilmente.

"Y yo te he dicho mil veces que me llames Tao"- contraataco con un puchero.

"Esta bien, de acuerdo, siéntate, eres el último que faltaba para comenzar"- sonrió mientras su expresión se volvía un poco seria.

"Claro hyung"- dijo tratando de que su voz no sonara temblorosa ante sus nervios. Analizo rápidamente los lugares disponibles para sentarse y al final decidió acomodarse al lado de su compatriota chino.

"Hmm... Bueno, ahora que ya estamos todos aquí, es hora de decidir sí realmente queremos hacer esto. Nadie juzgara a nadie, no importa sí al final se han arrepentido de lo que hemos hablado los últimos meses. Lo comprenderemos, esta es una de las decisiones más difíciles que alguien podría tomar en su vida y es entendible que tengan miedo. No es necesario que den excusas para que aceptemos su deserción, no tienen que decir la razón a menos que ustedes así lo deseen"- todos asintieron visiblemente nerviosos ante las palabras del mayor- "¿Algún comentario antes de comenzar?"- todos negaron- "De acuerdo. Yo comenzare... He decidido hacerlo".

El corazón de Tao se detuvo por un instante, nunca había sentido tan cercana la muerte como ahora, a cada confirmación de sus amigos que aceptaban participar en La Purga se sentía cada vez más nervioso y angustiado. Sabía que su turno de confesar la decisión que había tomado tras meses de reflexión estaba cada vez más próximo.

"Bien... Pues ahora es el turno de Tao. ¿Qué has decidido?"- la suave voz de SuHo retumbó en sus oídos y su mente se puso en blanco al comprender las palabras que este había pronunciado. Tenía miedo, claro que lo tenía, era normal, estaba en riesgo de una muerte casi segura y para nada agradable.

The Purge +Taoris+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora