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-Bueno, yo ya me voy que es muy tarde - le digo.
-Ya nos veremos por ahí entonces - me contesta.
-Si - digo mientras camino hacia la salida.
¡Ahhh! (esta soy yo gritando) me acaba de hablar un chico súper buenorro.
Tranquila Eli, tranquila...
Me dirijo al camarote, cuando llego, no hay nadie, solo un papel encima de la cama de mis padres, lo leo:
Elisa,
hemos ido a comer, al bufet Ristol, búscalo en los mapas, ya nos encontrarás.
Papá
Después de leer la nota, miro el reloj, son las 2, y pienso "normal que hayan ido a comer, busco por los mapas y pregunto a alguna persona que trabaja allí, hasta que finalmente encuentro el bufet.
Ese sitio, es enorme no, lo siguiente, no sé cómo encontraré a mis padres.
Después de buscar los encuentro, como a más no poder y por último nos vamos todos a la habitación, mi hermana se queda en la habitación de mis padres mirando la tele, mientras yo me hecho la siesta.
Al despertarme, decido ir a la piscina, allí veo a ese chico que me había echo la foto, horas antes, decido no ir ha hablar con él, pero él se acerca a mi:
-Hola la de la foto - se ríe.
-A, hola - digo yo.
-¿Quieres venirte conmigo a los toboganes? - me pregunta.
-No, tampoco soy una niña pequeña, además no me quiero quedar encallada - nos reímos.
-No creo que eso pase, además no son los toboganes para niños pequeños como tú dices, esos están en la otra punta, los que yo te digo son para adultos - dice haciendo un poco de broma.
-Entonces sí que me apunto - contesto.
Nos vamos hacia los toboganes, mientras tanto, él me explica cómo es su pueblo...

Unas vacaciones para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora