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A mi me dan un poco de miedo las alturas, así que me niego a subirme a un tobogán de los altos, él, en cambio, me coje de la mano, y corre hacia el tobogán azul, el que a mí me da más miedo.
-Me niego a subirme - grito.
-Subirás - dice el convencido.
-Ahhh - grito.
-Tranquila, yo te cogeré de la mano, es para dos personas el tobogán - dice cojiendo un flotador para dos y dirigiéndose al tobogán.
Llegamos al tobogán, nos subimos, él se pone detrás y me estira en su regazo, me quedo paralizada por un momento.
-Te estàs poniendo roja, o me lo parece a mí - me dice él riéndose a carcajadas.
Me toco la cara, está ardiendo, eso quiere decir que si, ¡me he puesto roja!
Río como si no hubiera pasado nada y le digo:
-¿Bajamos ya o qué?
-Vale, vale, pensaba que no querías subir.
-Bueno en verdad si que...
El monitor empuja el flotador y empezamos a bajar, al principio tengo miedo, pero luego él me coje de la mano (como me había dicho) y me relajo, en este momento me siento segura. Un momento, él es un desconocido no lo conozco casi de nada, ¿como me puedo sentir tan segura tocando su mano?

Unas vacaciones para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora