➥Drabbles; AssClass⇗

➼Karmagisa;;

  —¿Es que acaso no sólo tienes el cuerpo pequeño, sino que también tu cerebro?—aquellas palabras me dolieron, tanto así que no pude evitar verlo como a un objetivo. Y creo que él se dio cuenta de eso, y fue por ello que su mirada cambió. Ya no me miraba como si estuviera enojado; me miraba como si quisiera lastimarme. 

   Y aún así, estando en nuestra pelea frente a todos, tus palabras resonaban en mi cabeza, repercutían en toda la pequeña extensión de mi corazón, y de algún modo, no podía evitar sentirme mal. 

   ¿Es por eso que te alejaste, Karma?, ¿Es porque creías que te haría daño?

   Muchas preguntas sobre lo que pasó hace años me surgieron, y mis sentimientos salieron a flote. Yo aún no te había olvidado; ¿y cómo hacerlo si la persona que amo, también es la que tanto he admirado?, a pesar de que tengamos mundos tan diferentes, yo... Realmente no me arrepiento de haber pasado ese tiempo junto a ti.

   Ambos hemos perdido los cuchillos anti-sensei, pero a diferencia de ti, aún guardo un segundo cuchillo en el bolsillo, pero cada vez que intento sacarlo me golpeas, quitándome todo el aire.

  —N-no p-puedo re-respirar...—pensé un tanto asustado. Yo no era quien intentaba lastimar, pero tus golpes dolían más, e incluso eran más certeros que los míos. 

   Nuevamente, golpeas la boca de mi estómago, quitándome el poco aire que mis pulmones aún mantenían vigente en su interior; a pesar de ello, yo consigo darte con mi pie en la comisura de tus labios en cuanto intentas hacerme volar por los aires junto a un golpe a mano abierta. Apenas he podido correr tu rostro hacia un lado con ese golpe. Y es entonces cuando comenzamos a pelear a puño limpio. Ya no siento mi cuerpo, y eso incluye mi rostro que ha de tener la marca de tu mano por toda su extensión, y a pesar de ello, tú no estás mejor. Trato de no contenerme, y olvidar mis sentimiento hacia ti, porque aún quiero salvar a Koro-sensei, y daré lo mejor que tengo para que eso suceda.

   Estamos cara a cara, esperando el próximo movimiento del otro, mientras que en tu mirada se refleja toda la frialdad y la diversión que esto te ocasiona. 

  —¡Su respuesta está frente a ustedes!—menciona Koro-sensei.

   Sin embargo, sus palabras me hieren; de alguna forma siento que jamás me corresponderás, Karma. Quizás es porque tienes razón, y soy un simple ratón que hoza estar con un humano que, obviamente, no está a su altura. Dime, Karma, ¿tan poco soy para ti? Siempre me lo he preguntado, pero, aún no tengo el valor para decírtelo a ti. Miles de preguntas han surgido en mí últimamente, que realmente dudo de que puedas contestarlas todas.

   Si Koro-sensei tiene razón, y mi respuesta está frente a mí, tú... ¿serías capaz de corresponderme?

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