Parte 2: Aguja e hilo

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Me cosía las penas con puntos de dulzura y así yo me volvía adicta al vaivén de sus caricias por mi espalda, al cuidado que me prestaba al hacerme feliz.

Y no me resulta violento tus prisas por desabrocharme el corazón y abrirme en canal para derrochar ilusiones, porque hay personas que tienen ese poder sobre nosotros. Te desestabilizan.

Ahora la que corre hacia ti soy yo. Porque correr hacia ti es ver al amor en todos sus sentidos.

Este 'Contigo' este 'sin ti' tan juramento de limón y sal que no deja avanzar.

Y antes de que te vayas tú, prefiero irme yo y tener él sístole sin diástole ni dueño y poder decir que al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos.

Lograr entender que no se puede cerrar por derribo si antes de edificar lo construido, ya estaba derruido.

Dulce introducción al caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora