Pasado unos minuto viendo que ella estaba muda no se atrevía a decirme nada. Me eche a llorar y le dije: — Por favor amiga salva a mi hija, no me la dejes morir.
Ella me abraso y dijo: —Amiga yo no soy cirujana, el problema que ella tiene hay que operarlo inmediatamente porque puede morir de un derrame.
Mi corazón se me quería salir del pecho del dolor tan inmenso que sentía en ese momento.
Me recomendó al Dr, Guzmán en el hospital Coromoto.
Salí de su casa y me eche a llorar en medio camino antes de llegar a la casa, mi mama fue hasta donde estaba y me levanto y me decía hija tienes que tener valor, en que Dios has creído Dios. El todo lo puede confía en el, tranquilízate que tu hija esta nerviosa.
Trate de calmarme limpie mis lágrimas y entre a la casa, mi niña estaba muy asustada y me decía: —Mami que tengo.
—Le volví a decir: Nada mi vida, nada.
Pero ella con ocho años que tenia era muy inteligente y sabia que algo pasaba.
Esa noche no pude dormir amanecí con mi mama en la cocina tomando café y llorando mientras mi hija dormía, mi madre fue de mucho apoyo en esos días.
Las horas pasaban lentas y mi angustia por que amaneciera para empezar hacer diligencias para conseguir dinero para llevarla al Dr. Guzman.
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DIOS TIENE LA ULTIMA PALABRA
Historia CortaUna historia de la vida real, los nombres han sido cambiado por motivos de privacidad, basada en una niña de ocho años desahuciada por los Médicos.