Me abrazaba fuerte, apoyando su cabeza en mi hombro, templando así mi cuello con su cálida respiración. Pasé mis frías manos por debajo de su camiseta buscando así algo de calor. Entonces fue cuando me dí cuenta. Notaba el fuerte palpitar de su corazón contra mi pecho. Lo sentía de forma enérgica, animosa, impetuosa. Aquello era un fenómeno increíble, inexplicable, extraño.
-¿Lo notas?- Me preguntó. Quedé sin habla. Asentí con la cabeza.- Es mi corazón tratando de entrar en tu pecho. Por si rompen el tuyo, que tengas uno de repuesto.