"Se libre, pajarito" dijiste haciéndome batir mis alas.
No, no necesito tu permiso.
No necesito el permiso de nadie para ser libre.
Lo soy, por condición.
Nunca te daré la razón
pues soy maestra en contradicción.
Pero voy a surcar por el azul de tus ojos,
por ambición.
Lo haré por pura pasión.
No se me ocurre mejor cielo que aquel que contenga tus pupilas.
Enamorirse.
No es enamorarse, pues esto duele más.
Dulce y rota alma mía
que por tus ojos no deja de soñar.
Y es pues, como atardecer inacabado.
Como agua marina por la que navegar.
¿Libre dices? Libre me siento ante tu mirar.