Esta es la historia de como llegué a Nueva Orleans, de mi destino y de mi relación con los Mikaelson. La esperanza de cumplir una promesa fracasada y la lucha constante por un reino. Como decía Rebekah Mikealson: durante siglos, la gente ha venido a Nueva Orleans buscando un nuevo comienzo, esperando encontrar fortuna, aventura, incluso amor. Jóvenes de la alta sociedad venida desde Francia con la promesa de un matrimonio con un apropiado caballero de Nueva Orleans, como las legendarias chicas casquett. Pero ya no quedaba nada de esas chicas casquett, todas murieron una por una.
Que gracia, algunos dirían que yo aún estoy viva pero morí en un día de 1919 cuando se llevaron mi alma que nunca volví a recuperar a pesar de que ellos volvieron a la ciudad. Recuerdo como en el primer día en la colonia francesa el Gobernador nos hizo una fiesta, de como Adele disfrutaba de su pretendiente, de Victoria escuchando al pianista junto con otros invitados y de como yo hablaba amenamente con una dama inglesa cuando discretamente mi mirada se dirigio a un grupo formado por dos hombres y una mujer que tenían aspecto de ser importantes. Aún me vienen a la mente los pensamientos sobre la primera vez que miré a Elijah, sus ojos demostraban que había sufrido mucho y que había batallado tantas guerras pero cuando miraba a su hermano podía ver en ellos devoción. Esperaba que aquel hombre apuesto se acercase a ella en vez de Klaus, que quien le hubiese besado la mano no hubiese sido el, que quien la hubiese alagado por primera vez allí tampoco hubiese sido el. Pero, ¿alguna vez me he preguntado que hubiera ocurrido si el que hubiera dado el primer paso hubiese sido el Honorable? De haber sido el lo más probable es que hubiésemos tenido un romance idilico, como el de las novelas junto con su final trágico por parte de Niklaus de querer impedir que alguien le separase de uno de sus hermanos. Me encantaría tener la habilidad de viajar en el tiempo, de estar parada al lado de Genevieve y susurrarle:
-Corre. Corre como nunca lo has hecho. Salva tu vida. Aléjate de cualquier Mikealson.
Pero sabía que nunca se cumpliría ese deseo, no valía la pena de echar las culpas al vampiro que se acercó a mí, la verdad es que todo ese sentimiento empezó a surgir al día siguiente. Los veía sentados debajo del árbol recitando poemas. Que estúpido. Todo aquello era estúpido, ¿como podía haber caído en sus garras con unos simples versos? Ni yo misma lo sabía pero más tarde supe que los vampiros arrojaban un aura que todo encantaba, los embrujaba y los prendaba con esa hermosa inmortalidad. Que pena que aquella mujer no fuese la que es trescientos años después porque le hubiera dejado muy claro que no lo quería ver ni en pintura, pero esa misma mujer siempre a sido una soñadora creo que es algo que Rebekah me pegó. En aquel momento soñaba con casarme con un apuesto hombre que me amase, que me cuidase y que durante el resto de mis días me dijera que me quiere. Aún sigo soñando con lo mismo, no todo se cumple con el primer matrimonio cuando recitas frente al altar tus sinceros votos que a diferencia de los otros matrimonios no eran algo más que concertado. Ese momento hubiese sido el perfecto, en vez de ser Klaus frente al altar fuese su hermano que viera como el corazón era arrancado del pecho de la novia y como su vestido lila se teñía de rojo al mismo tiempo que su mirada pasaba de feliz a asustada y caía muerta en los brazos de su amado que la lloraba entre gritos mientras pegaba su cuerpo sin vida al suyo. Ese deseo parecía real que incluso me podía ver a mi misma en la iglesia mirando toda la escena, la novia frente al altar entre los brazos de el que rogaba que volviese entre llanto mientras su cuerpo inerte se curvaba en los brazos de Elijah que agarraba la mano enguantada y decorada con joyas para llevarlas a sus labios esperando que un milagro ocurriese. Era un final digno para ella sacado de una de las obras de Shakespeare. Como siguiente capítulo se veía como el se despedía de ella por última vez en su elegante ataúd abierto y como conducían la carroza para llevar su féretro al lugar donde la acabarían por enterrar: un bonito campo lleno de flores y frondosos árboles de los cuales uno había sido seleccionado para ella. Ese fin era el deseado pero al abrir sus ojos se daba cuenta que en altar estaba ella irradiando felicidad junto con Klaus agarrando su mano mientras esperaba a que el padre los declarase marido y mujer, de salir los dos por la entrada de la iglesia, viva y no muerta.
Pero a pesar de todo ella tenía lo que más quería. Su trono.
PRÓXIMAMENTE:
Y ya hemos llegado al final de la historia y me encantaría saber que pensáis.
Como veis arriba hay una portada lo que significa que tendremos una segunda parte muy diferente a esta novela y muy oscura. Pero podéis estar tranquilos, en Navidad os traeré la primera parte pero comenzaremos al final en enero.
Dado que no tengo nada más que decir, nos despedimos hasta el 24 de diciembre.
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The Casquette Girl | The Originals #1
Fiksi PenggemarDurante siglos, la gente ha venido a Nueva Orleans buscando un nuevo comienzo, esperando encontrar fortuna, aventura, incluso amor. Jóvenes de la alta sociedad venida desde Francia con la promesa de un matrimonio con un apropiado caballero de Nueva...