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Hay demasiadas condiciones absolutamente esenciales para la vida de este planeta, que no podrían existir meramente al azar. El doctor Morrison presenta lo que podía ser llamada la ley de la probabilidad compuesta, la cual es cierta. Nos recuerda que si cogiéramos diez moneditas de 10 centavos y las numeráramos del uno al diez; las pusiéramos en la bolsa del abrigo o del traje; las revolviéramos bien y las comenzáramos a sacar una a una en secuencia del uno al diez; para volverlas a meter. Después de sacarlas y meterlas, llegaríamos a conclusiones muy sorprendentes. Matemáticamente la probabilidad de sacar el número uno la primera vez es una en diez; la probabilidad de sacar el uno y el dos en forma sucesiva es uno en cien; la probabilidad de sacar el uno, el dos y el tres en forma sucesiva, es de uno en un millar; la posiblidad de sacarlas todas en forma sucesiva del uno hasta el diez, sería de uno en diez billones. Pero en nuestra tierra, encontramos decenas y hasta centenas de condiciones existentes, todas necesarias para la vida, las cuales por su origen hacen del azar algo increíble.

Por ejemplo, la tierra gira sobre su eje a razón de casi cien millas por hora, dando lugar así al día y a la noche. Si por el contrario, su velocidad de rotación fuera de cien millas por hora, los días y las noches serían diez veces más largas, en cuyo caso, el calor quemaría la vegetación durante el día y el frío congelaría todo durante las largas noches. Ahora, no olvidemos que la temperatura de la superficie del sol es de 12000 grados fahrenheit, pero está lo suficientemente alejado como para dar el suficiente calor, y no para quemar demasiado. Si el promedio de la temperatura de la tierra fuera aumentado, tan solo la cantidad de 50 grados en un solo año, toda la vegetación y también el hombre serían destruidos.

Si nuestro sol fuera tan grande como algunas estrellas, no sólo la tierra, sino toda su órbita estarían dentro del sol. Algunas de esas estrellas, que también son soles, emiten sólo la mitad de la radiación de lo que emite nuestro sol. Algunos sólo emiten el doble. Si nuestro sol tuviera sólo la mitad de su radiación presente, todo en la tierra estaría congelado por la refrigeración universal. Si fuera sólo el doble de caliente de lo que realmente es, todo en la tierra, incluyendo el mismo hombre, se habría convertido en cenizas mucho tiempo ha.

El Dr. Morrison continúa diciendo: "Piense acerca de los 23º de inclinación de la tierra sobre su eje, lo cual hace posible las cuatro estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. Si no hubiera tal inclinación, ambas regiones polares estarían en un eterno crepúsculo lo cual haría que el hielo se acumulara formando enormes continentes y en el Ecuador, en medio de los polos, un desierto, sin duda".

"Piense en la influencia que ejerce la luna sobre la tierra. En la actualidad, dos veces al día las mareas azotan y rodean la tierra. En algunos lugares la marea levanta olas hasta de 60 pies de altura (y a propósito, existen mareas hasta en la misma superficie de la tierra, así como sucede en el agua, únicamente que la corteza terrestre se levanta sólo unas pocas pulgadas). La distancia entre la luna y la tierra es de 240,000 millas. Pero suponga que esta distancia sólo fuera de 50,000 millas; la influencia de la luna sobre la tierra sería tal, que dos veces al día toda la superficie plana de la tierra sería completamente cubierta por incontables diluvios, los cuales barrerían aún con las montañas. La tierra misma se partiría en forma de poderosísimos terremotos y el aire mismo sería levantado y movido a causar huracanes diariamente. La vida humana sería imposible. Y hablando de diluvios, recuerde que si la tierra fuera hecha completamente plana, y los continentes fueran nivelados, la profundidad promedio del inmenso océano sería de una milla y media sobre la superficie del globo.

El Dr. Morrison también nos recuerda que tenemos la cantidad exacta de oxígeno en el aire justo a nuestras necesidades. Si la corteza terrestre hubiera sido un poquito más gruesa o el océano un poco más profundo, ello hubiera absorbido prácticamente todo el oxígeno que hace posible la vida del hombre y de los animales. El también nos recuerda que la atmósfera es justo suficientemente gruesa para permitir la llegada a los rayos actínicos, que son necesarios para la vida, la vegetación y para matar las bacterias, además de producir vitaminas. Sin embargo, estos rayos no afectan al hombre. Si la capa de atmósfera fuera menos gruesa, la radiación y los meteoros del espacio exterior serían fatales para el hombre.

El gran equilibrio que existe entre las aguas del vasto océano, ha hecho posible mantener la atmósfera que rodea la tierra como un manto y hace posible la vida de la planta y del animal, incluyendo al hombre mismo. El Dr. Morrison dice: "que el que comprenda esto que se ponga en pie en temor reverente ante Su Majestad".

Cientificos creen en Dios || 7 Razones ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora