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Pensemos en la mente humana. La gran brecha que existe entre la vida animal, la inteligencia y la razón humana es inmensa. Los animales realizan cosas maravillosas por instintos, los cuales por supuesto no entendemos. Le llamamos misterio, porque no hay otro nombre para ello. Por ejemplo, una avispa caza un chapulín, cava un hoyo en la tierra dentro del cual guarda su presa. La dosis de veneno administrada al chapulín es suficiente como para paralizarlo, mas no para matarlo. Luego, pone sus huevos en el lugar adecuado, donde al salir las larvas hallan al chapulín vivo, pero inconsciente. Las avispas recién nacidas se alimentan en esta forma de carne fresca, preservada ingeniosamente. La avispa debió haber hecho esto bien desde la primera vez y así sucesivamente, o no habrían más avispas de esa especie. El Dr. Morrison nos recuerda que jamás se ha explicado este misterio. Ciertamente, todo este proceso no debe atribuirse al azar. Sin embargo, todo este proceso no puede ser comparado con el proceso del razonamiento humano por el cual el hombre descubrió e hizo uso del fuego, la polea, la palanca y la rueda. Usando el poder inherente del ambiente, se desplaza sobre la tierra, asciende sobre las nubes y a gran velocidad viaja por los cielos y llega hasta la misma luna.

Cientificos creen en Dios || 7 Razones ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora