Capítulo 04: Perdido en la lujuria.

1.8K 173 9
                                    

El corazón me dio un violento vuelco, y me quedé inmóvil sobre el colchón. Me costaba respirar, y empecé a jadear cuando Luke se acercó a mí.

- ¿A caso me tienes miedo...?- murmuró acariciándome la barbilla, cuando estuvo inclinado frente a mí.

Mi respiración enloqueció, y sentí los dedos de Luke pasarme por el mentón para forzarme a mirarlo a los ojos. Y en ese momento por alguna razón, yo no pude apartar mis ojos de los suyos.

- ¿Me escuchaste? Quiero que te quites el suéter- volvió a repetirme, y yo me quedé perplejo mirándolo como un niño.

- Yo... Yo... No...- solté tartamudeando, pero Luke ignoró mis palabras y me despejó de mi suéter verde de un tirón, dejando mi torso desnudo para él.

Me sonrojé por completo.

- Cuando te diga que me obedezcas, lo haces- gruñó-. Ahora, abre las piernas- volvió a demandarme, y yo sintiéndome intimidado por el tono de su voz y de su mirada le obedecí sumisamente.

- Luke, n-no deberíamos de h-hacer esto... yo- tartamudeé con violencia sin saber qué decir, y temblando un poco. Mirando como el rubio inspeccionaba mi pecho flaco y desnudo con sus ojos azules-. Tus padres podría llegar y-

- A la mierda mi familia- soltó de golpe, y se abalanzó sobre mí, empujándome contra el colchón cuando se metió entre mis piernas y me atrapó en un beso el cual él estuvo controlando por un largo rato.

Y antes de que me diera cuenta se apartó de mí y me sujetó de las muñecas, y me las puso sobre la cabeza. Inmovilizandome con sus anchas caderas. Santo Dios. Con la otra mano me agarró del pelo con cierta excitante brusquedad para entonces volver a besarme. Su beso fue tan feroz que casi me hace daño. Y yo gemí, lo que le permitió aprovechar la ocasión para meter su lengua dentro de mi boca y explorar toda mi cavidad bucal.

«Nunca nadie me había besado así... y ni siquiera había besado a alguien antes.»

Mi lengua acarició tímidamente la suya y se unió a ella en una lenta y erótica danza de roces y colores en mi boca. Y él bajó su mano para tomarme del mentón para que no moviese la cara. Estaba indefenso, con las manos unidas por encima de mi cabeza, la cara sujeta y sus caderas inmovilizandome. Y por alguna razón sentía algo duro y grande... entre mis piernas. Entonces, me di cuenta de que el rubio había tenido una erección, y que él realmente me deseaba.

Estaba lívido.

- Eres... tan...dulce- murmuró entrecortadamente cuando separó sus labios de los míos.

Y antes de que pudiera decir algo sus manos recorrieron mi pecho, erizando mi piel, y conociendo la piel que recién descubría. Y yo por las nuevas sensaciones y el placer, bajé mis manos a sus cabellos rubios y entrelacé mis dedos allí. Este por su lado llevó una de sus manos a uno de mis pezones mientras que con la otra tomó con fuerzas mi cadera.

Acariciaba tiernamente mi pezón, ocasionando que este en un instante se encontrase duro. Y la mano en mi cadera, bajó hacia mis pantalones, encontrándose con el estatifico de mis boxers y jugando con ellos.

- L-Luke, p...para. N-No deberías de t-tocarme a-ahí- murmuré como pude, lleno de vergüenza y placer.

- Shhh, hablas demasiado cachorro, deberías solo cerrar la boca y disfrutar, porque tienes un cuerpo muy lindo- susurró, excitado.

- Yo n-no, mi cuerpo no es lin... ¡ah, mierda! ¡Luke!- el rubio había tomado uno de mis pezones en su cálida boca, su lengua caliente como el infierno danzaba dolorosamente sobre aquella rosada protuberancia mientras que con una mano apretujaba el otro con más fuerza, estirándolo hacia el frente y pellizcandolo con sus cortas uñas. Tenía manos que hacían magia en mi cuerpo.

Y su mano que se encontraba apretando mis caderas se deslizó al botón de mi pantalón, abriéndolo de una forma hábil y rápida que ni yo lograba hacer con ambas manos. Sin embargo, en ese momento me di cuenta de lo subido de tono que estaba todo, y reaccioné, sintiendo como ese intimidante rubio me estaba bajando los pantalones. ¡No, no, no!

Tenía mucho miedo porque no quería perder mi virginidad con Luke así como así. Además, ¡porque yo no era gay!

No iba a negar que su tacto sobre mí se sentía muy bien, y jamás me había sentido tan excitado como antes. Y con muchas ganas de... eso. Pero no quería perder mi virginidad... no así como así.

- Luke ya, es suficiente, p-por favor...- le hablé con la voz entrecortada, y un tono de vergüenza para luego voltear la cara a otro lado-. Yo... Yo no quiero perder mi virginidad...

Él se percató del miedo en mi rostro, y para mi sorpresa dejó de acariciarme y me miró con mucha atención. Pasándose una mano por el pelo, y desviando la mirada tímidamente de mi cuerpo.

- Está bien, lo siento, me sobrepase un poco...- dijo él con un tono bastante serio y apenado que noté, dejándome libre de su extraño agarre y levantándose de la cama, diciéndome-: Vamos, te llevaré a casa.

Yo me sentí más aliviado, y me puse el suéter verde otra vez. Luke entendió que no quería perder mi virginidad y me dejó finalmente.

Después cuando salimos de su casa para luego montarnos en su Lamborghini; que había aparcado en el porche. En el corto camino rumbo a mi casa ninguno de los dos habló. Nadie dijo absolutamente nada. Pero el ambiente no se sentía para nada incómodo. Además, él estaba serio como siempre, pero pude notar... que estaba muy feliz.

Y entonces, cuando llegamos a mi casa y me fui a bajar del auto para entrar a mi casa rápido. Luke me agarró del brazo y antes de que pudiese salir. O, reaccionar. Me dio un tierno y cálido beso en los labios de despedida. Y me dijo con su ronca voz algo que realmente me dejó sorprendido:

- Lamento lo que pasó y sí te incomode... pero quiero que sepas que me interesas, y que de verdad quiero seguir conociéndote...

Al decirme eso me sonrojé por completo como un tomate. Sintiendo como el estómago se me revolvía... ¿o eran esas dichosas mariposas lo que sentía? No le respondí y me bajé del auto enseguida, corriendo hacia mi casa para ya no sentir su fría mirada sobre mí.

No me despedí de él y solo entré a mi casa en un parpadeo. Completamente ruborizado. Y sin poder creer lo que había pasado. Al entrar mi mamá me preguntó sobre cómo me había ido y eso, pero yo le dije que estaba cansado y que prefería ir a dormir. Por suerte ella no insistió y subí tranquilamente. Y me quedé pensando en todo una y otra vez. Después tomé una ducha en la bañera, pensando en sus caricias. Me puse mi pijama, y me acosté a dormir.

Y no podía parar de pensar en Luke Harper... pero sin darme cuenta quedé profundamente dormido.

Eres Mío ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora