~De Regreso En El Tiempo~

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En el país de Nunca Jamás el tiempo Nunca pasa, y los cambios Jamás se notan, a pesar de que existan el día y la noche. Más, en el mundo real, el tiempo pasa en un simple suspiro. Nunca Jamás nunca había estado tan tranquilo desde hacía rato, y con razón, después de todo, no había piratas con quienes pelear, sirenas a las cuales evitar, ni cocodrilos con quienes jugar. Los indios permanecían tranquilos, al igual que las hadas. Más, a pesar del suave sol que se filtraba por entre las nubes, el cielo siempre se encontraba nublado, y de vez en cuando, caía una suave llovizna. Quién manejará tal clima deprimente? El creador de aquel maravilloso mundo.

En lo profundo del bosque, dentro de un árbol camuflado, se encuentra la guarida del joven Peter Pan, aquel que decidió nunca jamás crecer. Aquel hogar era de un ambiente cálido, amplio y, podría decirse, familiar. Más aquel ambiente acabó, como se indicó antes, desde hacía rato. Ya no había más gritos, ni risas, ni juegos, ni cuentos, sólo un frío silencio, y un sollozo lejano cada tanto. Se puede notar en una de las camas a un joven niño, Peter Pan, abrazado a sus rodillas y ocultando su rostro entre los brazos. Desde cuándo ha permanecido así? Desde hacía ya un buen rato, ya que aquí no es posible hablar del tiempo. Tal vez días, quizás años, nadie lo sabe. Lo que se sabe es que un niño no debería sufrir tanto, no de aquella forma. El pobre Peter Pan llora y llora, y nunca ha de parar. La tristeza de quedar solo era muy grande. Y con razón! En su hogar ya no había nadie, ni un solo niño aparte de él. Ya no había niños perdidos con quienes jugar, a quienes gritar, e inclusive a quienes criar. Se habían ido, todos se habían ido, hacia la gran aventura de vivir. Incluso su bella Wendy, la que le contaba cuentos, se había ido para siempre. Aún recordaba sus palabras: "Jamás es demasiado tiempo...lo siento Peter, debo crecer...". Quién quiere crecer? Quién quiere llevar la vida aburrida y monótona de los adultos? "Nos divertimos, no!? Qué mas crees que hay!?". Un gemido de dolor salió de su garganta con aquel recuerdo. "No lo sé, lo entenderemos cuando crezcamos". Más lágrimas y más sollozos. "Nunca creceré! No puedes obligarme!"

En la habitación entró volando una pequeña hada, que al ver al pobre niño en aquel estado, se posó sobre su cabeza y le acarició dulcemente. El niño levantó el rostro sorprendiendo a la hada; tenía los ojos muy rojos e hinchados de tanto llorar, la cara toda roja y las marcas de las lágrimas se le profundizaban. El dolor y la desesperación se notaba en su rostro, y los gemidos no paraban de salir de sus labios. Campanita trató de limpiarle una nueva lágrima que salía de sus ojos, pero eso no impidió que la siguiente resbalara por su rostro, y la siguiente, y la siguiente. Campanita no podía ver a su querido Peter así. "Es culpa de esa Wendy, por querer crecer!" Por medio de expresiones, se comunicó con Peter, quien la miró sin emoción alguna.

Peter: ay, Campanita! No sé que hacer, no sé por qué estoy llorando, pero es que me siento tan sólo! Extraño a los niños perdidos, extraño a las sirenas, a las aventuras, al Capitán Garfio... - comenzó a derramar más lágrimas y a ocultar su rostro entre sus brazos - ...extraño a mi Wendy...

Campanita quedó sorprendida con lo último que dijo. Después de todo, y siendo un niño, Peter Pan sentía amor, algo que sólo los adultos sienten. Quizás Garfio tuvo razón: Peter creció, o por lo menos creció un poco desde la llegada de Wendy. Campanita quería mucho a su amigo, y a pesar de tener celos, quería que Wendy estuviese allí para calmarle su dolor. Fue cuando se le ocurrió una grandiosa idea. Sonriendo, revoloteó sus alas para tratar de llamar la atención del joven. Peter alzó su rostro y miró con seriedad lo que su pequeña hada le estaba diciendo. "Visitar a Wendy y a los niños perdidos a Londres?". Peter se quedó pensativo por unos instantes, mirando hacia el suelo, cuando una sonrisa se expresó en su rostro, y con lágrimas en los ojos, sonrió a Campanita.

Peter: que excelente idea, Campanita! - se paró de un salto - iremos a Londres a visitar a Wendy y a los demás!

Salió de la guarida, y con un salto, trató de remontar el vuelo, pero cayó al suelo. Campanita le ayudó a ponerse de pie.

Peter Pan IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora