~Comienzo De La Gran Aventura De Vivir~

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Peter se sorprendió al escuchar nuevamente la voz de Wendy, y al abrir los ojos vio a la niña que lo miraba expectante. "He regresado... - volvió a mirar a la niña y sonrió desorientadoramente - he regresado en el tiempo!"

Se la quedó mirando, y sintió temor ante la pregunta que la niña le había hecho. "pero, por qué he regresado? - la volvió a mirar - vivir sería una gran aventura, pero...tengo miedo..."

Peter: a escuchar historias - dudó un momento - sobre mí. - Wendy le sonrió gustosa, y él le devolvió el gesto, pero de una forma que no era muy común en él.

Entonces vio como la niña regresaba a los brazos de su madre. Peter se quedó un rato contemplando, y abrió los ojos al darse cuenta de lo que había hecho, pero ya no se podía volver atrás.

Salió volando disparado hacia el cielo con una expresión que contrajo su rostro. No sabía en que pensar ni que sentir. Había regresado para solucionar las cosas, y lo había echado todo a perder. Quería ser un niño normal, y crecer para estar con Wendy, pero tenía miedo, miedo de las responsabilidades que pudiese llegar a tener, y miedo de no volver jamás a su mundo. Quizás era el destino que nunca estuviese con su Wendy.

Peter siguió volando por los cielos de Londres llorando. Llorando nuevamente, ¿tan débil era en cuanto a sus sentimientos? Comenzó a sentirse cansado, y descendió en un jardín grande y hermoso, lleno de plantas y flores, árboles y bancos de piedra. Peter no notó en donde estaba, solo llegó a los pies de un árbol y se largó a llorar aún más todavía. Un resplandor hizo su aparición a su lado, reclamándole dulcemente. Peter alzó la cabeza mirando a su pequeña amiga.

Peter: lo siento, Campanita. No sé lo que me pasó...tuve miedo en ese momento...en verdad perdóname! - se tiró sobre la grama y siguió llorando siendo consolado por la hada. En el cielo, la luna se ocultaba tras las nubes, y todo se envolvió en una oscuridad casi total, mientras la tristeza se hacía presente en el ambiente.

Luego de un buen rato, se hallaba un niño dormido sobre la grama y con una pequeña hada oculta en su mano. En su rostro se podían ver líneas de lágrimas que profundizaban su rostro, aunque se le veía tranquilo.

Se escuchó el ruido de un vidrio rompiéndose, y unos gritos. Peter Pan abrió lentamente sus ojos, y trató de prestar atención al alboroto que se había hecho presente.

...Lárguense...!...Llamaré...policía!...

Peter se sorprendió de lo que oía. Campanita lo miró expectante. Se escuchaba como una señora en peligro, o algo así. "Ayúdala!"

El joven alzó el vuelo y remontó el techo de una casa algo grande, llegando a la entrada principal donde se ocultó tras un árbol. Entre las ramas y las sombras pudo ver a dos hombres extraños haciendo fuerza con la puerta de la casa, y también pudo ver a una señora algo mayor haciendo también fuerza, como impidiendo que aquellos hombres entraran a su estancia. Fue cuando los dos hombres empujaron fuerte y la puerta pegó contra la cabeza de la anciana, mientras las figuras entraban apresuradamente en la casa. Peter se enserió, y salió disparado hacia aquella delicada situación. Entró por la puerta y, por encima en el techo, logró colocarse frente a los hombres que se le quedaron mirando sorprendidos.

¿Un niño? - los hombres se miraron sonrientes, y se acercaron de a poco a Peter.

El joven no se movió. Los hombres aceleraron el paso, y Peter se alzó hacia el techo, haciendo que los hombres colapsaran contra la pared. Luego, hizo que la cabeza de ambos chocaran entre sí. Los hombres gritaron de dolor y sorpresa al ver que estaba volando. Peter los tomó a ambos por el cuello, y con un impulso, los empujó fuera de la casa con una fuerza superior a la de su edad. Los hombres salieron rodando a la calle, y luego corrieron espantados mirando de vez en cuando a la casa.

Peter Pan IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora